21 de abril de 2015

Cuando se habla de violencia doméstica, inmediatamente uno piensa en un hombre abusivo, un agresión contra las mujer, golpes, abusos  físico, ultrajes, acoso, violaciones sexuales y hasta restricción a la libertad, pero nadie imagina siquiera que nuestros compatriotas en la isla del encanto están viviendo ésa realidad, muy calladamente, una horrible pesadilla.  

A diario veo, como va en aumento las agresiones, contra los hombres de diferentes nacionales, veo a quisqueyanos con labios partidos, rostros con moretones, yesos, cejas con suturas de varios puntos y caras muy tristes, más bien diría yo avergonzadas. Jamás ellos dirán que fue una mujer que les voló encima, lo arañó, le pegó con el zapato, porque les apena que hasta los mismos guardias se burlen de ellos, que les digan "Nenitas", asimismo como suena.

El asunto de las agresiones físicas a dominicanos que conviven con damas puertorriqueñas y coterráneas también, porque las de República Dominicana, igualmente se tornan muchas abusivas, celosas y sumamente peligrosas cuando se sienten rechazadas, heridas y abandonadas por sus maridos, los cuales tienen como una propiedad comprada.

El elementos sociocultural, es uno que impiden que el hombre denuncie como debe ser a su agresora, porque el varón no rompe sus esquemas, porque vive muy esterotipado, lo que complica aún más el ciclo de violencia y maltrato de género.

De los casos que conozco de violencia doméstica masculina, un porcentaje muy bajito, denuncian a sus agresoras motivos "muy de peso", según  los afectados.
Primero, están casados, en espera de legalizar su estatus migratorio, razón por lo cual son amenazados por las mujeres, los que les impide abandonar el hogar.
Segundo, muchas mujeres les dicen " Si me tocas, te denuncio a la policía, te llamo los guardias y te mando para Santo Domingo.

Tercero, después que los maltratados hombres, han esperado años para lograr obtener "sus papeles", no quieren perderlo todo y regresar sin nada a su tierra.
He sabido de casos, donde siendo ellas las agresoras, se cambian los papeles y en el cuartel, les creen a las féminas, sacando al sujeto de la casa, sometiéndoles cargos por Ley 54, de Violencia Doméstica, para luego ser deportados, muchas veces sin escuchar sus versiones, sin haber pronunciando a la acusadora, palabras ofensivas, pero, a la mujer se les cree cuando asiste a radicar una denuncia, diga ésta verdad o mentira.

Me duele mucho ésta situación de mis hermanos dominicanos en Borinquen, es muy lamentable, todos los sinsabores, humillaciones, abusos físicos y verbales que aguantan, hay cientos que cuando andan con sus celosas mujeres, ni me saludan, solo me hacen gestos tímidos, con temor.

Realmente ellos desconocen que existen leyes que los protegen al igual que a las mujeres, aún estén con estatus migratorio indefinidos, es una gran desinformación que existe entre ésa callada comunidad que debe tolerar abusos psicológicos y fisicos. La violencia masculina sigue siendo muy silenciosa, porque ellos sufre en silencio, lloran al sentirse impotentes, atados ante los insultos con palabras como "Yoleros, mojao, depatriados e indocumentados, ataques despiadado y super abusivos, aunque también las damas manifiestan que ellos luego de conseguir sus papeles, en un proceso largo, costoso y degastante, se marchan con otra mujer, sintiéndose burlada y utilizada, provocando sus escenas de ira y posterior ataque fisico, hasta con el cubo del agua.

Para conseguir una residencia de los Estados Unidos, son muchas las vicisitudes que se atreven  pasar los y las inmigrantes, como por ejemplo, convivir sin gustarles las parejas, tener hijos sin desearlos, soportar infinidades de atropellos, fingir placer, alegria,felicidad y hasta amor.

Es muy importante educar más a los hombres sobre la Ley BAWA, (Violence Against Women Act), Ley acerca de la violencia contra la mujer.

Ésta ley permite igualmente que ciertas víctimas de abusos que no son ciudadanos de los Estados Unidos, puedan obtener estatus legal sin tener que depender de él  o la abusadora.

Condeno la violencia igualmente contra nuestros hermanos, que soportan lo inimaginable porque su ego machista no lo deja denunciar los abusos que podrían terminar hasta con sus propias vidas, quedándose entonces, "Sin la soga y sin la Cabra".

Por Dominga Valdez
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Violencia doméstica masculina contra dominicanos en Puerto Rico

Cuando se habla de violencia doméstica, inmediatamente uno piensa en un hombre abusivo, un agresión contra las mujer, golpes, abusos  físico, ultrajes, acoso, violaciones sexuales y hasta restricción a la libertad, pero nadie imagina siquiera que nuestros compatriotas en la isla del encanto están viviendo ésa realidad, muy calladamente, una horrible pesadilla.  

A diario veo, como va en aumento las agresiones, contra los hombres de diferentes nacionales, veo a quisqueyanos con labios partidos, rostros con moretones, yesos, cejas con suturas de varios puntos y caras muy tristes, más bien diría yo avergonzadas. Jamás ellos dirán que fue una mujer que les voló encima, lo arañó, le pegó con el zapato, porque les apena que hasta los mismos guardias se burlen de ellos, que les digan "Nenitas", asimismo como suena.

El asunto de las agresiones físicas a dominicanos que conviven con damas puertorriqueñas y coterráneas también, porque las de República Dominicana, igualmente se tornan muchas abusivas, celosas y sumamente peligrosas cuando se sienten rechazadas, heridas y abandonadas por sus maridos, los cuales tienen como una propiedad comprada.

El elementos sociocultural, es uno que impiden que el hombre denuncie como debe ser a su agresora, porque el varón no rompe sus esquemas, porque vive muy esterotipado, lo que complica aún más el ciclo de violencia y maltrato de género.

De los casos que conozco de violencia doméstica masculina, un porcentaje muy bajito, denuncian a sus agresoras motivos "muy de peso", según  los afectados.
Primero, están casados, en espera de legalizar su estatus migratorio, razón por lo cual son amenazados por las mujeres, los que les impide abandonar el hogar.
Segundo, muchas mujeres les dicen " Si me tocas, te denuncio a la policía, te llamo los guardias y te mando para Santo Domingo.

Tercero, después que los maltratados hombres, han esperado años para lograr obtener "sus papeles", no quieren perderlo todo y regresar sin nada a su tierra.
He sabido de casos, donde siendo ellas las agresoras, se cambian los papeles y en el cuartel, les creen a las féminas, sacando al sujeto de la casa, sometiéndoles cargos por Ley 54, de Violencia Doméstica, para luego ser deportados, muchas veces sin escuchar sus versiones, sin haber pronunciando a la acusadora, palabras ofensivas, pero, a la mujer se les cree cuando asiste a radicar una denuncia, diga ésta verdad o mentira.

Me duele mucho ésta situación de mis hermanos dominicanos en Borinquen, es muy lamentable, todos los sinsabores, humillaciones, abusos físicos y verbales que aguantan, hay cientos que cuando andan con sus celosas mujeres, ni me saludan, solo me hacen gestos tímidos, con temor.

Realmente ellos desconocen que existen leyes que los protegen al igual que a las mujeres, aún estén con estatus migratorio indefinidos, es una gran desinformación que existe entre ésa callada comunidad que debe tolerar abusos psicológicos y fisicos. La violencia masculina sigue siendo muy silenciosa, porque ellos sufre en silencio, lloran al sentirse impotentes, atados ante los insultos con palabras como "Yoleros, mojao, depatriados e indocumentados, ataques despiadado y super abusivos, aunque también las damas manifiestan que ellos luego de conseguir sus papeles, en un proceso largo, costoso y degastante, se marchan con otra mujer, sintiéndose burlada y utilizada, provocando sus escenas de ira y posterior ataque fisico, hasta con el cubo del agua.

Para conseguir una residencia de los Estados Unidos, son muchas las vicisitudes que se atreven  pasar los y las inmigrantes, como por ejemplo, convivir sin gustarles las parejas, tener hijos sin desearlos, soportar infinidades de atropellos, fingir placer, alegria,felicidad y hasta amor.

Es muy importante educar más a los hombres sobre la Ley BAWA, (Violence Against Women Act), Ley acerca de la violencia contra la mujer.

Ésta ley permite igualmente que ciertas víctimas de abusos que no son ciudadanos de los Estados Unidos, puedan obtener estatus legal sin tener que depender de él  o la abusadora.

Condeno la violencia igualmente contra nuestros hermanos, que soportan lo inimaginable porque su ego machista no lo deja denunciar los abusos que podrían terminar hasta con sus propias vidas, quedándose entonces, "Sin la soga y sin la Cabra".

Por Dominga Valdez