16 de septiembre de 2015

Ante este estado de incertidumbre, desigualdad social, pobreza, delincuencia, deficiencia educativa, violencia, impunidad, contaminación del ambiente, pérdida de valores e identidad, no puede haber una convivencia digna. 

En esta situación de descomposición social, atracos, sicariato, narcotráfico, participación de autoridades en actos delictivos, corrupción administrativa, politiquería, clientelista, inseguridad ciudadana, etc. No podemos construir un país libre, soberano e independiente, tal como lo soñara el Padre de la  Patria, Juan Pablo Duarte.

La sociedad necesita un cambio de mentalidad, ser más solidaria. Hoy más que nunca se necesita la unificación de Criterios y trabajos en conjunto para erradicar el virus de la corrupción. La iglesia como Madre y Maestra, insiste en la educación para los verdaderos valores humanos y cristianos y construir el edificio de una auténtica democracia, en la recuperación de la ética social, de la legalidad y la moral pública, para que el sistema democrático dominicano pueda defenderse de la corrupción, el clientelismo, la demagogia, y las mafias.

Tales vicios están vigentes en la sociedad actual y sólo se corrigen ejerciendo más en profundidad la democracia, con un verdadero espíritu democrático fundado en la verdad, libertad, la justicia social y la tolerancia. La doctrina social de la Iglesia enseña el derecho de todos a una participación política que vaya mucho más allá del voto y que implique informarse, hacer una oposición constructiva y contundente que contribuya al bien común.

Ya es hora que los dominicanos de corazón interactúen con espíritu y coraje lleno de valentía frente a este sistema democrático que propicia un modelo neoliberal, productor de violencia. Porque marginalización y excluye a grandes sectores de la población.

Sólo con espíritu de valentía y no de rebeldía y cobardía los dominicanos de buen Corazón podrán construir un nuevo país sano y libre de esa liberación excluyente.

Por  Padre Santiago Bautista 
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Sean valientes los dominicanos de buen Corazón!!!

Ante este estado de incertidumbre, desigualdad social, pobreza, delincuencia, deficiencia educativa, violencia, impunidad, contaminación del ambiente, pérdida de valores e identidad, no puede haber una convivencia digna. 

En esta situación de descomposición social, atracos, sicariato, narcotráfico, participación de autoridades en actos delictivos, corrupción administrativa, politiquería, clientelista, inseguridad ciudadana, etc. No podemos construir un país libre, soberano e independiente, tal como lo soñara el Padre de la  Patria, Juan Pablo Duarte.

La sociedad necesita un cambio de mentalidad, ser más solidaria. Hoy más que nunca se necesita la unificación de Criterios y trabajos en conjunto para erradicar el virus de la corrupción. La iglesia como Madre y Maestra, insiste en la educación para los verdaderos valores humanos y cristianos y construir el edificio de una auténtica democracia, en la recuperación de la ética social, de la legalidad y la moral pública, para que el sistema democrático dominicano pueda defenderse de la corrupción, el clientelismo, la demagogia, y las mafias.

Tales vicios están vigentes en la sociedad actual y sólo se corrigen ejerciendo más en profundidad la democracia, con un verdadero espíritu democrático fundado en la verdad, libertad, la justicia social y la tolerancia. La doctrina social de la Iglesia enseña el derecho de todos a una participación política que vaya mucho más allá del voto y que implique informarse, hacer una oposición constructiva y contundente que contribuya al bien común.

Ya es hora que los dominicanos de corazón interactúen con espíritu y coraje lleno de valentía frente a este sistema democrático que propicia un modelo neoliberal, productor de violencia. Porque marginalización y excluye a grandes sectores de la población.

Sólo con espíritu de valentía y no de rebeldía y cobardía los dominicanos de buen Corazón podrán construir un nuevo país sano y libre de esa liberación excluyente.

Por  Padre Santiago Bautista