10 de diciembre de 2016

Por Dominga Valdez, periodista y escritora. Falleció nuestro hermano doctor Manuel Eduardo Abraham Yeara, no recibió los reconocimientos que anhelaba, él entendía que los merecía por sus servicios como profesional y a tantas comunidades inmigrantes en Puerto Rico que atendió desinteresamente.

Los méritos estaban ahí, era solamente que los gobiernos reconocieran su labor humanística, social y profesional.

Aún en la postrimería de su vida, habló del tema con amigos cercano, arrastró ese dolor toda su vida, soñaba con esa placa, ese cartón con letras, esas palabras que calan hondo, esos aplausos prolongados que erizan la piel, ensanchan el alma y llenan de lágrimas los ojos.


Aún estamos a tiempo de reconocer a miles de dominicanos destacados en República Dominicana y el exterior, aún podemos resarcir ese error, esas injusticias cometidas contra nuestros hombres y mujeres deportistas, militares, bomberos, poetas, jóvenes ejemplares, clubes, dirigentes deportivos, escritores, locutores, reporteros gráficos, escuelas, maestros, directores, fotógrafos, editores, periodistas, abogados, médicos, madres ejemplares, líderes comunitarios, folcloristas e inmigrantes que han puesto en alto el nombre de nuestro país en playas extranjeras.


Es fácil crear una oficina que se encargue de rastrear a esos quisqueyanos que viven en y dentro de nuestra tierra para entregarle un pedazo de madera y unas palabras en el metal, reconociendo su trayectoria y grandes aportes.





Que no me hablen del  reconocimiento "IN MEMORIAM".
No tiene sentido, es hipócrita, solo por quedar bien.


Prendía en candela sigo con ese tema.

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Sus reconocimientos

Por Dominga Valdez, periodista y escritora. Falleció nuestro hermano doctor Manuel Eduardo Abraham Yeara, no recibió los reconocimientos que anhelaba, él entendía que los merecía por sus servicios como profesional y a tantas comunidades inmigrantes en Puerto Rico que atendió desinteresamente.

Los méritos estaban ahí, era solamente que los gobiernos reconocieran su labor humanística, social y profesional.

Aún en la postrimería de su vida, habló del tema con amigos cercano, arrastró ese dolor toda su vida, soñaba con esa placa, ese cartón con letras, esas palabras que calan hondo, esos aplausos prolongados que erizan la piel, ensanchan el alma y llenan de lágrimas los ojos.


Aún estamos a tiempo de reconocer a miles de dominicanos destacados en República Dominicana y el exterior, aún podemos resarcir ese error, esas injusticias cometidas contra nuestros hombres y mujeres deportistas, militares, bomberos, poetas, jóvenes ejemplares, clubes, dirigentes deportivos, escritores, locutores, reporteros gráficos, escuelas, maestros, directores, fotógrafos, editores, periodistas, abogados, médicos, madres ejemplares, líderes comunitarios, folcloristas e inmigrantes que han puesto en alto el nombre de nuestro país en playas extranjeras.


Es fácil crear una oficina que se encargue de rastrear a esos quisqueyanos que viven en y dentro de nuestra tierra para entregarle un pedazo de madera y unas palabras en el metal, reconociendo su trayectoria y grandes aportes.





Que no me hablen del  reconocimiento "IN MEMORIAM".
No tiene sentido, es hipócrita, solo por quedar bien.


Prendía en candela sigo con ese tema.