22 de mayo de 2017

Escribo, para tratar de analizar el pluralismo democrático en nuestra sociedad, para conocer los derechos sociales y políticos, y la participación de las minorías excluidas como una garantía constitucional del sistema, en esta reflexión desarrollaré la diversidad como rasgo cultural y permanente de una sociedad en franco crecimiento.



Escribo, para traducir sobre el sistema democrático lo que implica vivir con determinadas garantías, tales como en un estado de derecho, en el que impere el respeto más absoluto por los derechos humanos, la libertad de expresión, el pluralismo político y el pluralismo cultural, religioso, la autonomía personal, pilares que constituyen, sin duda, la esencia misma de la democracia.

Para ello, es indispensable dejar por sentado que se deben incluir las garantías de los derechos fundamentales como criterio de legitimidad del poder público, es necesario promover la incorporación de los textos constitucionales de los derechos de las generaciones futuras, los de las minorías y grupos vulnerables y diseñar mecanismos que armonicen los sistemas jurídicos nacionales con los intereses sociales.

El estado de derecho no implica una contradicción entre el respeto, el respeto a las tradiciones y la vocación universal de los derechos, por el contrario, existe entre ellos, una necesaria complementariedad,la salvaguarda de las tradiciones y de los diferentes derechos sociopolíticos y económico, constituye un criterio útil para especificar, aplicar y disciplinar los derechos de la persona global, en cuanto al derecho a la libertad religiosa.

  
Escribo, para enfocarme en el multiculturalismo,para incorporar la política del reconocimiento de los derechos, para compartir similares cuestiones morales básicas, enfocamos la diversidad como un concepto universal dentro de la coherencia socio jurídica ,nuestras libertades e igualdad de ciudadanos no solo se remiten a nuestras características comunes o creencias individuales, sino al grado de conciencia de la mayoría que necesita un marco legal dentro del proceso de elegir y ser elegido, por ejemplo, estos son intereses que compartimos casi todos, independientemente cual sea nuestra filiación política o intereses.

Los partidos políticos, por ejemplo, deberían tener entre sus prioridades la de ayudar a los grupos internos de la militancia que se encuentra en desventaja, con el fin de permitirles conservar su cultura política en un contexto seguro para evitar la cultura neoliberal de las masa, sin embargo, no es tan sencillo, ya que se advierten diversos obstáculos cuando vemos el contenido de los diversos procesos electorales internos, incompatibles con la mayoría adoptando una serie de universalismos individuales, que considera que los intereses básicos colectivos carecen de alguna demanda legítima y por tanto de reconocimiento político.

Todos deberíamos reconocer, que el pluralismo es un arreglo institucional que le permite a los individuos elegir y construir un plan de vida necesario para poder escoger entre X o Y, con la posibilidad de que, y pueda hacerlo, sin que nadie se lo impida, y que además cuente con los recursos para ello.

Escribo, porque considero que es necesario hablar de pluralismo, para plantear una nueva sociedad en la que se puedan dar las premisas del multiculturalismo a través del respeto de la autonomía personal y elegir su propio plan de vida, aunque sea en una sociedad tercermundista donde las cosas son diferentes, o sea donde las ideas constituye una minoría absoluta, por pequeña, no importa lo que esta sea.

El debate nace en su fase sociopolítica y pone a prueba los esfuerzos democráticos de liberales y conservadores o revolucionarios del siglo 21, el sistema de partidos está colapsando,evitémoslo.

Por Juan Carlos Espinal
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Democracia, partidos y globalización

Escribo, para tratar de analizar el pluralismo democrático en nuestra sociedad, para conocer los derechos sociales y políticos, y la participación de las minorías excluidas como una garantía constitucional del sistema, en esta reflexión desarrollaré la diversidad como rasgo cultural y permanente de una sociedad en franco crecimiento.



Escribo, para traducir sobre el sistema democrático lo que implica vivir con determinadas garantías, tales como en un estado de derecho, en el que impere el respeto más absoluto por los derechos humanos, la libertad de expresión, el pluralismo político y el pluralismo cultural, religioso, la autonomía personal, pilares que constituyen, sin duda, la esencia misma de la democracia.

Para ello, es indispensable dejar por sentado que se deben incluir las garantías de los derechos fundamentales como criterio de legitimidad del poder público, es necesario promover la incorporación de los textos constitucionales de los derechos de las generaciones futuras, los de las minorías y grupos vulnerables y diseñar mecanismos que armonicen los sistemas jurídicos nacionales con los intereses sociales.

El estado de derecho no implica una contradicción entre el respeto, el respeto a las tradiciones y la vocación universal de los derechos, por el contrario, existe entre ellos, una necesaria complementariedad,la salvaguarda de las tradiciones y de los diferentes derechos sociopolíticos y económico, constituye un criterio útil para especificar, aplicar y disciplinar los derechos de la persona global, en cuanto al derecho a la libertad religiosa.

  
Escribo, para enfocarme en el multiculturalismo,para incorporar la política del reconocimiento de los derechos, para compartir similares cuestiones morales básicas, enfocamos la diversidad como un concepto universal dentro de la coherencia socio jurídica ,nuestras libertades e igualdad de ciudadanos no solo se remiten a nuestras características comunes o creencias individuales, sino al grado de conciencia de la mayoría que necesita un marco legal dentro del proceso de elegir y ser elegido, por ejemplo, estos son intereses que compartimos casi todos, independientemente cual sea nuestra filiación política o intereses.

Los partidos políticos, por ejemplo, deberían tener entre sus prioridades la de ayudar a los grupos internos de la militancia que se encuentra en desventaja, con el fin de permitirles conservar su cultura política en un contexto seguro para evitar la cultura neoliberal de las masa, sin embargo, no es tan sencillo, ya que se advierten diversos obstáculos cuando vemos el contenido de los diversos procesos electorales internos, incompatibles con la mayoría adoptando una serie de universalismos individuales, que considera que los intereses básicos colectivos carecen de alguna demanda legítima y por tanto de reconocimiento político.

Todos deberíamos reconocer, que el pluralismo es un arreglo institucional que le permite a los individuos elegir y construir un plan de vida necesario para poder escoger entre X o Y, con la posibilidad de que, y pueda hacerlo, sin que nadie se lo impida, y que además cuente con los recursos para ello.

Escribo, porque considero que es necesario hablar de pluralismo, para plantear una nueva sociedad en la que se puedan dar las premisas del multiculturalismo a través del respeto de la autonomía personal y elegir su propio plan de vida, aunque sea en una sociedad tercermundista donde las cosas son diferentes, o sea donde las ideas constituye una minoría absoluta, por pequeña, no importa lo que esta sea.

El debate nace en su fase sociopolítica y pone a prueba los esfuerzos democráticos de liberales y conservadores o revolucionarios del siglo 21, el sistema de partidos está colapsando,evitémoslo.

Por Juan Carlos Espinal