11 de julio de 2017

El día que Tupac Shakur se subió por última vez a un escenario llevaba 16 años muerto. Los 80.000 espectadores que vieron entonces al mítico rapero del Bronx enloquecieron sin saber muy bien si aquella imagen era una reminiscencia del pasado o un viaje al futuro.

O, tal vez, si la visión estaba siendo inducida por los efectos de la hierba que Snoop Dogg, uno delos compañeros de Shakur en el escenario aquella noche de abril de 2012, aconseja fumar cada día en su tema más representativo. Dejando a un lado la teoría toxicológica, lo de Tupac representaba un verdadero viaje en el tiempo, una especie de teletransportación musical desde el más allá utilizando una técnica bastante antigua que continuará creciendo (y sofisticándose) en los próximos años. 
Este truco holográfico -aunque para ser precisos no puede considerarse una holografía realmente- que permite ver reflejados sobre un escenario objetos y personas que realmente no se encuentra allí, se conoce por el nombre de “fantasma de Pepper” en memoria de John Henry Pepper, físico británico que lo puso en práctica por primera vez durante una representación de una obra de Charles Dickens en 1862. El descubrimiento de este efecto óptico es todavía anterior, ya que el italiano Giovanni Battista della Porta lo había descrito tres siglos antes en su obra “Cómo podemos ver en una habitación cosas que no están”.
Aquella noche en que Tupac Shakur resucitó fue otro italiano, también llamado Giovanni (las coincidencias tienen a veces este curioso toque poético), el máximo responsable de que el rapero pudiera dar ese último concierto para aumentar su leyenda. Giovanni Palma es propietario y fundador de MDH Hologram, empresa líder en tecnología holográfica en 3D, que lleva 30 años sofisticando las holografías y diversificando su utilización. Su primera instalación fue en 1996 en el Museo Swarovski de Wattens, Austria, y desde entonces han conseguido que Mariah Carey actúe en cinco ciudades europeas simultáneamente, que el Primer Ministro indio Narendra Modi haga una peculiar campaña política con mítines en 26 lugares distintos al mismo tiempo, o que Julian Assange se cuele en Estados Unidos para dar una conferencia sin salir de la embajada de Ecuador en Londres (donde está confinado desde 2012).
Palma asegura que la tecnología de MDH Hologram puede ser útil en numerosos campos, más allá de su utilización para videoconferencias o espectáculos. Y pone como ejemplo el terreno educativo, donde gracias a sus hologramas es posible crear la ilusión de que los estudiantes hablan con figuras históricas (haciendo la experiencia más lúdica y por lo tanto más eficaz) o desplegar complejos sistemas de ingeniería frente a una clase para explicar su funcionamiento. 
La más curiosa de estas aplicaciones sorprendió incluso al propio Palma: “Recibimos una petición muy inusual. Nos contactó un consorcio de Estados Unidos, que nos pidió que hiciéramos resurrecciones holográficas digitales de gente difunta para que pudieran asistir a sus propios funerales”. Y es que si Michael Jackson puede actúar desde la tumba, cualquiera puede tener el derecho a estar presente en su entierro (tal vez una forma ciertamente peculiar de asegurarse que los familiares guardan la debida compostura). Eso debe ser lo que algunos llaman la democratización a través de la tecnología…
Edición: Douglas Belisario
Texto: José L. Álvarez Cedena
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Resucitar difuntos para que vayan a sus propios funerales (Vídeo)

El día que Tupac Shakur se subió por última vez a un escenario llevaba 16 años muerto. Los 80.000 espectadores que vieron entonces al mítico rapero del Bronx enloquecieron sin saber muy bien si aquella imagen era una reminiscencia del pasado o un viaje al futuro.

O, tal vez, si la visión estaba siendo inducida por los efectos de la hierba que Snoop Dogg, uno delos compañeros de Shakur en el escenario aquella noche de abril de 2012, aconseja fumar cada día en su tema más representativo. Dejando a un lado la teoría toxicológica, lo de Tupac representaba un verdadero viaje en el tiempo, una especie de teletransportación musical desde el más allá utilizando una técnica bastante antigua que continuará creciendo (y sofisticándose) en los próximos años. 
Este truco holográfico -aunque para ser precisos no puede considerarse una holografía realmente- que permite ver reflejados sobre un escenario objetos y personas que realmente no se encuentra allí, se conoce por el nombre de “fantasma de Pepper” en memoria de John Henry Pepper, físico británico que lo puso en práctica por primera vez durante una representación de una obra de Charles Dickens en 1862. El descubrimiento de este efecto óptico es todavía anterior, ya que el italiano Giovanni Battista della Porta lo había descrito tres siglos antes en su obra “Cómo podemos ver en una habitación cosas que no están”.
Aquella noche en que Tupac Shakur resucitó fue otro italiano, también llamado Giovanni (las coincidencias tienen a veces este curioso toque poético), el máximo responsable de que el rapero pudiera dar ese último concierto para aumentar su leyenda. Giovanni Palma es propietario y fundador de MDH Hologram, empresa líder en tecnología holográfica en 3D, que lleva 30 años sofisticando las holografías y diversificando su utilización. Su primera instalación fue en 1996 en el Museo Swarovski de Wattens, Austria, y desde entonces han conseguido que Mariah Carey actúe en cinco ciudades europeas simultáneamente, que el Primer Ministro indio Narendra Modi haga una peculiar campaña política con mítines en 26 lugares distintos al mismo tiempo, o que Julian Assange se cuele en Estados Unidos para dar una conferencia sin salir de la embajada de Ecuador en Londres (donde está confinado desde 2012).
Palma asegura que la tecnología de MDH Hologram puede ser útil en numerosos campos, más allá de su utilización para videoconferencias o espectáculos. Y pone como ejemplo el terreno educativo, donde gracias a sus hologramas es posible crear la ilusión de que los estudiantes hablan con figuras históricas (haciendo la experiencia más lúdica y por lo tanto más eficaz) o desplegar complejos sistemas de ingeniería frente a una clase para explicar su funcionamiento. 
La más curiosa de estas aplicaciones sorprendió incluso al propio Palma: “Recibimos una petición muy inusual. Nos contactó un consorcio de Estados Unidos, que nos pidió que hiciéramos resurrecciones holográficas digitales de gente difunta para que pudieran asistir a sus propios funerales”. Y es que si Michael Jackson puede actúar desde la tumba, cualquiera puede tener el derecho a estar presente en su entierro (tal vez una forma ciertamente peculiar de asegurarse que los familiares guardan la debida compostura). Eso debe ser lo que algunos llaman la democratización a través de la tecnología…
Edición: Douglas Belisario
Texto: José L. Álvarez Cedena