27 de octubre de 2017

El Observatorio Europeo del Sur fue el encargado de divulgar la imagen, capturada gracias al telescopio VLT (Very Large Telescope, por sus siglas en inglés), instalado en el Observatorio del desierto de Atacama, en el norte de Chile.
La galaxia NGC 1316, en la constelación Fornax (el horno), es un ejemplo típico de colisión de nebulosas que genera nuevas estrellas y las transforma desde dentro. El estudio de este fenómeno puede ayudar a los científicos a saber por qué algunas galaxias ‘mueren’ rápidamente después de este tipo de choques.
Anteriormente, se consideraba que la NGC 1316 había experimentado una sola colisión con otro cúmulo de estrellas hace unos 3000 millones de años. Más tarde, los científicos descubrieron que en realidad lo que había pasado es que el ‘rostro de Dios’ se había tragado toda una serie de pequeñas galaxias.
Estas colisiones se extendieron y ‘mezclaron’ las nubes de gas dentro de la NGC 1316, lo que comportó el nacimiento de muchas estrellas cuya radiación hizo brillar de una manera especial las acumulaciones de gas y polvo. Uno de los efectos de esta reacción fue la aparición del brumoso “rostro de Dios”.
Los científicos esperan que esta foto, que contiene aproximadamente 2300 millones de píxeles, ayude a comprender cómo los elementos de esta gigantesca “familia galáctica” interactúan entre sí y qué colisiones pueden esperarse de la NGC 1316 y de sus vecinos en el futuro.
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Astrónomos captan el ‘rostro de Dios’ en Chile

El Observatorio Europeo del Sur fue el encargado de divulgar la imagen, capturada gracias al telescopio VLT (Very Large Telescope, por sus siglas en inglés), instalado en el Observatorio del desierto de Atacama, en el norte de Chile.
La galaxia NGC 1316, en la constelación Fornax (el horno), es un ejemplo típico de colisión de nebulosas que genera nuevas estrellas y las transforma desde dentro. El estudio de este fenómeno puede ayudar a los científicos a saber por qué algunas galaxias ‘mueren’ rápidamente después de este tipo de choques.
Anteriormente, se consideraba que la NGC 1316 había experimentado una sola colisión con otro cúmulo de estrellas hace unos 3000 millones de años. Más tarde, los científicos descubrieron que en realidad lo que había pasado es que el ‘rostro de Dios’ se había tragado toda una serie de pequeñas galaxias.
Estas colisiones se extendieron y ‘mezclaron’ las nubes de gas dentro de la NGC 1316, lo que comportó el nacimiento de muchas estrellas cuya radiación hizo brillar de una manera especial las acumulaciones de gas y polvo. Uno de los efectos de esta reacción fue la aparición del brumoso “rostro de Dios”.
Los científicos esperan que esta foto, que contiene aproximadamente 2300 millones de píxeles, ayude a comprender cómo los elementos de esta gigantesca “familia galáctica” interactúan entre sí y qué colisiones pueden esperarse de la NGC 1316 y de sus vecinos en el futuro.