El martes 30 de enero 2018, ante ambas
cámaras del Congreso de EUA, con la presencia de los nueve jueces de la Corte
Suprema de Justicia, y rodeado con toda la pompa y ceremonia de una república
con 200 años de historia, Donald Trump pronunciará el discurso conocido como el
Estado de la Unión — un balance del año que pasó y proyecciones para el que
viene.
Con millones de estadounidenses siguiendo
cada una de sus palabras, no cabe duda de que el 45 presidente de EUA hablará
de lo que el considera los logros de su administración. Una economía en
crecimiento; una extensa reforma fiscal; nominación de un conservador a la
Corte Suprema y otros jueces federales; la eliminación de restricciones, como
controles a las emisiones, al crecimiento industrial; mano dura en todo lo
relativo a la inmigración; serios golpes a los terroristas extremistas
musulmanes de ISIS.
Si no se aparta del guión que leerá por el
teleprompter, muy seguramente usará un lenguaje fuerte, inspirador para sus
partidarios y agresivo para sus adversarios, que repitirá el mensaje de
“América First”, y recordará que él ha dado voz a los olvidados del país y
quiere llevar a ese segmento social — blanco, obrero, rural — la prosperidad
que él ha traído para su familia. Mansiones. Oro. Lujos extravagantes.
(Si se aparta del teleprompter, cualquier
cosa es posible).
La terminología y simbología de Trump irá
dirigida en gran parte a su base de apoyo, los millones de estadounidenses
altamente religiosos que ven en la improbable victoria de Donald Trump en 2016
nada menos que la mano del Dios.
Así es.
Transcribimos en español un segmento de una
nota por Amy Sullivan en POLITICO que reseña algunos de los libros religiosos
que ponen al actual presidente de EUA a la diestra de Dios padre para millones
de estadounidenses.
Desde los inicios de la candidatura presidencial
de Trump, sus más firmes partidarios religiosos — de hecho, sus únicos
seguidores religiosos durante un tiempo — fueron cristianos carismáticos como
los pastores Paula White y Darrell Scott. Se sintieron atraídos por Trump, y él
a ellos, debido a su aceptación del evangelio de la prosperidad. También
conocida como la teología de la “salud y riqueza”, esta creencia afirma que
Dios recompensa la fe con buena salud y el éxito financiero. Según sencilla
métrica, un multimillonario como Donald Trump, así haya obtenido su fortuna de
la familia, o mediante estafas o un poder superior, debe ser un hombre de gran
fe.
Más adelante, explica que:
“Millones de estadounidenses”, declaró [el
pastor y autor bautista Robert] Jeffress en un evento de julio de 2017
patrocinado en Washington, DC, “creemos que la elección del presidente Trump es
representación de Dios dándonos otra oportunidad, tal vez nuestra última
oportunidad, de verdaderamente hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”. ”
“Una vez que quedó claro para la comunidad de
carismáticos conservadores que Trump era el candidato de Dios, se movilizaron
para apoyar su campaña. Es en esta área que el libro de Strang es más útil,
revelando la devoción y certeza de un grupo de fe que pasó inadvertido en toda
la contienda presidencial. Cindy Jacobs, cofundadora de Reformation Prayer
Network, organizó a 10,000 carismáticos en “caminatas de oración” en siete
estados clave para Trump, pidiéndole a Dios que mueva los corazones de los
votantes en esos estados y que bendiga su trabajo”.
En términos políticos, ésto parecería
confirmar las palabras del candidato Donald Trump en 2016 cuando dijo que él
básicamente podría balear gente en la Qunita Avenida y sería perdonado.
¿Qué tan profunda es esa convicción? La
semana pasada, mientras que circulan rumores de que poco después del nacimiento
de su hijo menor, y con Melania todavía convalesciendo del parto, Donald Trump
tuvo un romance con una actriz de porno, conocida como Stormy Daniels, Robert
Perkins, presidente del super religioso grupo Family Research Council quer
reúne a millones de evangélicos, dijo que en cuanto al comportamiento personal
de Trump (3 matrimonios, mujeriego, acusado por 16 mujeres de agresión sexual,
vulgar, ofensivo), los evangélicos le dan una segunda oportunidad — siempre y
cuando siga implementando legislación que promueva la agenda religiosa de este
segmento, que son millones de personas.
Es esta la llamada base del presidente.
Millones de televidentes de Fox News, Drude
Report, Infowars, Breitbart y otros, adherentes de teorías de conspiraciones,
gente altamente religiosa está convencida de que todos los problemas de Trump —
las investigaciones, las declaraciones de culpabilidad por parte de gente muy
cercana a él, las revelaciones, el fiscal independiente que posiblemente lo
interrogue en semanas venideras, el rechazo por más del 50% del electorado —
todo eso que ha fracturado al país, es obra del Maldito.