29 de enero de 2018

El martes 30 de enero 2018, ante ambas cámaras del Congreso de EUA, con la presencia de los nueve jueces de la Corte Suprema de Justicia, y rodeado con toda la pompa y ceremonia de una república con 200 años de historia, Donald Trump pronunciará el discurso conocido como el Estado de la Unión — un balance del año que pasó y proyecciones para el que viene.

Con millones de estadounidenses siguiendo cada una de sus palabras, no cabe duda de que el 45 presidente de EUA hablará de lo que el considera los logros de su administración. Una economía en crecimiento; una extensa reforma fiscal; nominación de un conservador a la Corte Suprema y otros jueces federales; la eliminación de restricciones, como controles a las emisiones, al crecimiento industrial; mano dura en todo lo relativo a la inmigración; serios golpes a los terroristas extremistas musulmanes de ISIS.

Si no se aparta del guión que leerá por el teleprompter, muy seguramente usará un lenguaje fuerte, inspirador para sus partidarios y agresivo para sus adversarios, que repitirá el mensaje de “América First”, y recordará que él ha dado voz a los olvidados del país y quiere llevar a ese segmento social — blanco, obrero, rural — la prosperidad que él ha traído para su familia. Mansiones. Oro. Lujos extravagantes.

(Si se aparta del teleprompter, cualquier cosa es posible).

La terminología y simbología de Trump irá dirigida en gran parte a su base de apoyo, los millones de estadounidenses altamente religiosos que ven en la improbable victoria de Donald Trump en 2016 nada menos que la mano del Dios.

Así es.

Transcribimos en español un segmento de una nota por Amy Sullivan en POLITICO que reseña algunos de los libros religiosos que ponen al actual presidente de EUA a la diestra de Dios padre para millones de estadounidenses.

Desde los inicios de la candidatura presidencial de Trump, sus más firmes partidarios religiosos — de hecho, sus únicos seguidores religiosos durante un tiempo — fueron cristianos carismáticos como los pastores Paula White y Darrell Scott. Se sintieron atraídos por Trump, y él a ellos, debido a su aceptación del evangelio de la prosperidad. También conocida como la teología de la “salud y riqueza”, esta creencia afirma que Dios recompensa la fe con buena salud y el éxito financiero. Según sencilla métrica, un multimillonario como Donald Trump, así haya obtenido su fortuna de la familia, o mediante estafas o un poder superior, debe ser un hombre de gran fe.

Más adelante, explica que:

“Millones de estadounidenses”, declaró [el pastor y autor bautista Robert] Jeffress en un evento de julio de 2017 patrocinado en Washington, DC, “creemos que la elección del presidente Trump es representación de Dios dándonos otra oportunidad, tal vez nuestra última oportunidad, de verdaderamente hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”. ”

“Una vez que quedó claro para la comunidad de carismáticos conservadores que Trump era el candidato de Dios, se movilizaron para apoyar su campaña. Es en esta área que el libro de Strang es más útil, revelando la devoción y certeza de un grupo de fe que pasó inadvertido en toda la contienda presidencial. Cindy Jacobs, cofundadora de Reformation Prayer Network, organizó a 10,000 carismáticos en “caminatas de oración” en siete estados clave para Trump, pidiéndole a Dios que mueva los corazones de los votantes en esos estados y que bendiga su trabajo”.

En términos políticos, ésto parecería confirmar las palabras del candidato Donald Trump en 2016 cuando dijo que él básicamente podría balear gente en la Qunita Avenida y sería perdonado.

¿Qué tan profunda es esa convicción? La semana pasada, mientras que circulan rumores de que poco después del nacimiento de su hijo menor, y con Melania todavía convalesciendo del parto, Donald Trump tuvo un romance con una actriz de porno, conocida como Stormy Daniels, Robert Perkins, presidente del super religioso grupo Family Research Council quer reúne a millones de evangélicos, dijo que en cuanto al comportamiento personal de Trump (3 matrimonios, mujeriego, acusado por 16 mujeres de agresión sexual, vulgar, ofensivo), los evangélicos le dan una segunda oportunidad — siempre y cuando siga implementando legislación que promueva la agenda religiosa de este segmento, que son millones de personas.

Es esta la llamada base del presidente.

Millones de televidentes de Fox News, Drude Report, Infowars, Breitbart y otros, adherentes de teorías de conspiraciones, gente altamente religiosa está convencida de que todos los problemas de Trump — las investigaciones, las declaraciones de culpabilidad por parte de gente muy cercana a él, las revelaciones, el fiscal independiente que posiblemente lo interrogue en semanas venideras, el rechazo por más del 50% del electorado — todo eso que ha fracturado al país, es obra del Maldito.

Son ataques de las fuerzas del mal. El presidente y su equipo saben que así piensan. Y ello les debe quitar de encima una gran preocupación.

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Millones de estadounidenses ven al presidente Trump como enviado de Dios

El martes 30 de enero 2018, ante ambas cámaras del Congreso de EUA, con la presencia de los nueve jueces de la Corte Suprema de Justicia, y rodeado con toda la pompa y ceremonia de una república con 200 años de historia, Donald Trump pronunciará el discurso conocido como el Estado de la Unión — un balance del año que pasó y proyecciones para el que viene.

Con millones de estadounidenses siguiendo cada una de sus palabras, no cabe duda de que el 45 presidente de EUA hablará de lo que el considera los logros de su administración. Una economía en crecimiento; una extensa reforma fiscal; nominación de un conservador a la Corte Suprema y otros jueces federales; la eliminación de restricciones, como controles a las emisiones, al crecimiento industrial; mano dura en todo lo relativo a la inmigración; serios golpes a los terroristas extremistas musulmanes de ISIS.

Si no se aparta del guión que leerá por el teleprompter, muy seguramente usará un lenguaje fuerte, inspirador para sus partidarios y agresivo para sus adversarios, que repitirá el mensaje de “América First”, y recordará que él ha dado voz a los olvidados del país y quiere llevar a ese segmento social — blanco, obrero, rural — la prosperidad que él ha traído para su familia. Mansiones. Oro. Lujos extravagantes.

(Si se aparta del teleprompter, cualquier cosa es posible).

La terminología y simbología de Trump irá dirigida en gran parte a su base de apoyo, los millones de estadounidenses altamente religiosos que ven en la improbable victoria de Donald Trump en 2016 nada menos que la mano del Dios.

Así es.

Transcribimos en español un segmento de una nota por Amy Sullivan en POLITICO que reseña algunos de los libros religiosos que ponen al actual presidente de EUA a la diestra de Dios padre para millones de estadounidenses.

Desde los inicios de la candidatura presidencial de Trump, sus más firmes partidarios religiosos — de hecho, sus únicos seguidores religiosos durante un tiempo — fueron cristianos carismáticos como los pastores Paula White y Darrell Scott. Se sintieron atraídos por Trump, y él a ellos, debido a su aceptación del evangelio de la prosperidad. También conocida como la teología de la “salud y riqueza”, esta creencia afirma que Dios recompensa la fe con buena salud y el éxito financiero. Según sencilla métrica, un multimillonario como Donald Trump, así haya obtenido su fortuna de la familia, o mediante estafas o un poder superior, debe ser un hombre de gran fe.

Más adelante, explica que:

“Millones de estadounidenses”, declaró [el pastor y autor bautista Robert] Jeffress en un evento de julio de 2017 patrocinado en Washington, DC, “creemos que la elección del presidente Trump es representación de Dios dándonos otra oportunidad, tal vez nuestra última oportunidad, de verdaderamente hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”. ”

“Una vez que quedó claro para la comunidad de carismáticos conservadores que Trump era el candidato de Dios, se movilizaron para apoyar su campaña. Es en esta área que el libro de Strang es más útil, revelando la devoción y certeza de un grupo de fe que pasó inadvertido en toda la contienda presidencial. Cindy Jacobs, cofundadora de Reformation Prayer Network, organizó a 10,000 carismáticos en “caminatas de oración” en siete estados clave para Trump, pidiéndole a Dios que mueva los corazones de los votantes en esos estados y que bendiga su trabajo”.

En términos políticos, ésto parecería confirmar las palabras del candidato Donald Trump en 2016 cuando dijo que él básicamente podría balear gente en la Qunita Avenida y sería perdonado.

¿Qué tan profunda es esa convicción? La semana pasada, mientras que circulan rumores de que poco después del nacimiento de su hijo menor, y con Melania todavía convalesciendo del parto, Donald Trump tuvo un romance con una actriz de porno, conocida como Stormy Daniels, Robert Perkins, presidente del super religioso grupo Family Research Council quer reúne a millones de evangélicos, dijo que en cuanto al comportamiento personal de Trump (3 matrimonios, mujeriego, acusado por 16 mujeres de agresión sexual, vulgar, ofensivo), los evangélicos le dan una segunda oportunidad — siempre y cuando siga implementando legislación que promueva la agenda religiosa de este segmento, que son millones de personas.

Es esta la llamada base del presidente.

Millones de televidentes de Fox News, Drude Report, Infowars, Breitbart y otros, adherentes de teorías de conspiraciones, gente altamente religiosa está convencida de que todos los problemas de Trump — las investigaciones, las declaraciones de culpabilidad por parte de gente muy cercana a él, las revelaciones, el fiscal independiente que posiblemente lo interrogue en semanas venideras, el rechazo por más del 50% del electorado — todo eso que ha fracturado al país, es obra del Maldito.

Son ataques de las fuerzas del mal. El presidente y su equipo saben que así piensan. Y ello les debe quitar de encima una gran preocupación.