Desde la entrada en
vigencia del Tratado de Libre Comercio entre los Estados Unidos de América, los
países Centroamericanos y la República Dominicana (DR-CAFTA), el 1ro. de julio
del 2006, se dijo que,como consecuencia de las aceleradas negociaciones en
desmedro del interés nacional, el país se vería en desventaja y perjudicado en
los sectoresvulnerables y que,de manera particular, se afectarían las
oportunidades a las mujeres empresarias.
No se puede negar,
que la puesta en vigencia del DR-CAFTA, representó a nivel nacional, un proceso
de gran envergadura y apertura comercial, que rompió con muchos paradigmas
comerciales. Sin embargo, desde
esa fecha a la actualidad muchas leyes y normas han sido promulgadas con el fin
de adecuar el país a las exigencias y obligaciones que demandó el compromiso
asumido mediante la ratificación de dicho Tratado.
Disposiciones legales como:
la Ley No. 340-06, sobre Compras y
Contrataciones de Bienes, Servicios, Obras y Concesiones del Estado, de fecha
18 de agosto de 2006, modificada por la Ley No. 449-06, de fecha 06 de
diciembre de 2006, y su Reglamento de Aplicación aprobado mediante el Decreto
No. 543-12, la cual otorgóla
oportunidad a las mujeres para acceder a las compras y contrataciones del
Estado en iguales condiciones. Según la Dirección General de Compras y
Contrataciones Públicas, al cierre del año 2017 un total de 15,552
mujeres habían sidoregistradas como Proveedoras del Estado, aumento que se ha
logrado por el impulso dinámico de su directora, la Dra. Yokasta Guzmán Santos.
Asimismo, la Ley No.488-08, sobre
el Régimen Regulatorio para el Desarrollo y Competitividad de las MIPYME, de fecha 19
de diciembre de 2008, estableció en el Artículo 25, la obligatoriedad de las instituciones
Estatales de adquirir el 15% de sus compras totales a las MIPYMES, y un
20%cuando fueran dirigidas por mujeres. De igual forma, la Ley No. 1-12 de la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030,
de fecha 25 de enero de 2012, incluyó en todos sus ejes estratégicos el desarrollo de la
competitividad y equidad en la micro, pequeña y mediana empresa dominicana.
En la Constitución del
2010, modificada en el 2015, se proclamóel Estado Social y Democrático de Derecho, en la que se
reconoció la igualdad de hombres y mujeres, y se estableció que el Estado debía
generar empleos, proveer salud,
educación, entre otros derechos, que garantizaran la inclusión y oportunidades
sin distinción de sexos. Reformasque, a nivel nacional se han ido
vinculando con proyectos y programas que buscan fomentar mediante la
cooperación interinstitucional, la capacitación y competitividad de las mujeres
que aspiran iniciar sus propias empresas.
Valga
indicar, que tanto el sector público como privado, han aunado esfuerzos en pro
de apoyar a las mujeres emprendedoras y en aumentar sus remuneraciones. En ese
sentido, la banca nacional hizo eco al flexibilizar el acceso al crédito a las
mujeres, y desde el Gobierno se han desarrollado políticas públicas de
empoderamiento ala mujer para que logre su autonomía económica.
Dichas políticas se desprendieron,como
es obvio, delas normas internacionales asumidas como Estado en el marco de las
Naciones Unidas, como fueron: de la Declaración
y Plataforma de Acción de Beijing
1995; las recomendaciones del Consejo ONU-Mujeres;
las de la Comisión de la Condición Jurídica de la Mujer (CSW) y demás consensos
sobre el empoderamiento económico de la mujer; de la Declaración del Milenio
del 2000 y los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que debieron ser alcanzados
en el 2015; y por último, de la Agenda 2030 para el desarrollo, en la que se definieronlos
17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Además de que muchas
mujeres su sumaron a varias iniciativas para apoyar y promover a la mujer en el
ámbito empresarial,como es el caso de la extinta Dra. Josefina Espaillat Nanita, conocida como la “madre
empresarial”, quien fue la primera mujer Secretaria de Estado de Industria y
Comercio en 1974, y la primera elegida para presidir en 1984, la otrora
Asociación Interamericana de Hombres de Empresas. Desde este organismo
internacional empresarial, con sede en Miami, impulsa los cambios en favor de
las mujeres empresarias, y al término de su período, propuso cambiar elnombre
al Consejo Nacional de Hombres de Empresa, por el de Consejo Nacional de la
Empresa Privada, el cual fue logrado con el apoyo de algunos de sus miembros.
Esta empresaria tenaz,
fue mentora de la primera Asociación de Mujeres Empresariales,a la que luego le
siguieron: la Asociación Nacional de
Mujeres Empresarias, Ejecutivas y Profesionales, Inc. (ANMEPRO), en 1985;la Federación de Mujeres Empresarias Dominico-Internacional
(FEM) en 1995; la Asociación de Mujeres Empresarias (ADME), en 1997; y otras
que fueron asociándose por áreas tan especializadas como en el sector de la construcción,
la fabricación de productos cosméticos y del cuidado personal, artesanías,
gestión cultural y turística, entre otras.
Hoy día, siguen marcando el camino empresarial mujeres como Elena Viyella de Paliza, Marisol Vicens
Bello, Ligia Bonetti y Circe Almánzar, entre
otras, quienessin miedos están rompiendo los obstáculos para que otras puedan
continuar. No hay que desmayar, hay que seguir apoyando la participación de
las mujeres en el sector productivo nacional, porque permitirá que sus
condiciones de vida mejoren y por ende, las de su familia.
No obstante los
avancesen las oportunidades, continuarán las rivalidades, los techos de cristal,
los choques culturales, un hombre que aparece exigiéndole a una mujer como en
los años de 1930, y siempre entre las mujeres, la disyuntiva de tener que
decidir entre su carrera empresarial o su hogar.Por lo cual concluyo que,
potencializar las oportunidades de crecimiento económico de las mujeres empresarias,
ejecutivas y profesionales del país, sigue siendo un proyecto en construcción donde se requiere darle
mayores impulsos para poder lograr el definitivo dominio y equilibro de la
mujer en el mundo empresarial.