Ahora "El funcionario anónimo" de
la Casa Blanca le ha servido de fuente informativa para tipificar en su último
libro titulado "Miedo", de 42 capítulos, lo que se ha denominado
"conducta díscola del presidente Donal Tromp", exactamente lo mismo
que aconteció en 1972, cuando formando "yunta" con Carl Bernstein
como reporteros de investigación para el periódico Washington Post descubrieron
que el equipo político conductor del proyecto de re-elección del entonces
presidente norteamericano introdujo herramientas de espionaje y sustrajo
documentos de las oficinas políticas del Partido Demócrata ubicadas en el hotel
del mismo nombre (Watergate) pero camuflando su obra de espionaje
político-electoral como un simple acto de raterismo.
A fuerza de investigación, Woodward y
Berstein pudieron develar secretos de uso ilegal por parte del Partido
Republicano de financiación y personal de la Federal Bureaux of Investigation
(FBI) para dar seguimiento a las informaciones y estrategias de su principal
adversario en las elecciones presidenciales de 1974.
Lo interesante es recalcar la coincidencia
del caso actual con aquella ocasión (caso Watergate) que le costó la
presidencia al al señor Nixon, en que la fuente de información fue otro
funcionario anónimo de la Casa Blanca bajo el denominativo de "Garganta
profunda", cual salió del anonimato sólo 46 años después de producirse el
acontecimiento, resultando el entonces director adjunto del FBI, señor Mark
Felt.
El libro "Miedo", de Woodward,
que comenzó a circular este lunes con tirada de 1 millón de ejemplares tiene el
mismo objetivo de los reportajes periodísticos de investigación publicados en
1972 por el Washington Post: provocar el impeachment de Trump como entonces lo
provocaron a Nixon. Sólo que Nixon no esperó la aplicación de la figura
constitucional y ahora no se sabe cuán favorable sea su cristalización en el contexto
interno e internacional en que se desenvuelve el Estados Unidos actual.
Por Carlos Rodriguez
Periodista