12 de septiembre de 2018

¿Se reitera con el periodista y escritor Bob Woodward en el escenario periodístico y político de los Estados Unidos la máxima de que la historia se repite? 


Ahora "El funcionario anónimo" de la Casa Blanca le ha servido de fuente informativa para tipificar en su último libro titulado "Miedo", de 42 capítulos, lo que se ha denominado "conducta díscola del presidente Donal Tromp", exactamente lo mismo que aconteció en 1972, cuando formando "yunta" con Carl Bernstein como reporteros de investigación para el periódico Washington Post descubrieron que el equipo político conductor del proyecto de re-elección del entonces presidente norteamericano introdujo herramientas de espionaje y sustrajo documentos de las oficinas políticas del Partido Demócrata ubicadas en el hotel del mismo nombre (Watergate) pero camuflando su obra de espionaje político-electoral como un simple acto de raterismo.

A fuerza de investigación, Woodward y Berstein pudieron develar secretos de uso ilegal por parte del Partido Republicano de financiación y personal de la Federal Bureaux of Investigation (FBI) para dar seguimiento a las informaciones y estrategias de su principal adversario en las elecciones presidenciales de 1974.

Lo interesante es recalcar la coincidencia del caso actual con aquella ocasión (caso Watergate) que le costó la presidencia al al señor Nixon, en que la fuente de información fue otro funcionario anónimo de la Casa Blanca bajo el denominativo de "Garganta profunda", cual salió del anonimato sólo 46 años después de producirse el acontecimiento, resultando el entonces director adjunto del FBI, señor Mark Felt. 

El libro "Miedo", de Woodward, que comenzó a circular este lunes con tirada de 1 millón de ejemplares tiene el mismo objetivo de los reportajes periodísticos de investigación publicados en 1972 por el Washington Post: provocar el impeachment de Trump como entonces lo provocaron a Nixon. Sólo que Nixon no esperó la aplicación de la figura constitucional y ahora no se sabe cuán favorable sea su cristalización en el contexto interno e internacional en que se desenvuelve el Estados Unidos actual.


Por Carlos Rodriguez
Periodista

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De “Garganta profunda” el Watergate de Nixon al “Funcionario anónimo” de Trump

¿Se reitera con el periodista y escritor Bob Woodward en el escenario periodístico y político de los Estados Unidos la máxima de que la historia se repite? 


Ahora "El funcionario anónimo" de la Casa Blanca le ha servido de fuente informativa para tipificar en su último libro titulado "Miedo", de 42 capítulos, lo que se ha denominado "conducta díscola del presidente Donal Tromp", exactamente lo mismo que aconteció en 1972, cuando formando "yunta" con Carl Bernstein como reporteros de investigación para el periódico Washington Post descubrieron que el equipo político conductor del proyecto de re-elección del entonces presidente norteamericano introdujo herramientas de espionaje y sustrajo documentos de las oficinas políticas del Partido Demócrata ubicadas en el hotel del mismo nombre (Watergate) pero camuflando su obra de espionaje político-electoral como un simple acto de raterismo.

A fuerza de investigación, Woodward y Berstein pudieron develar secretos de uso ilegal por parte del Partido Republicano de financiación y personal de la Federal Bureaux of Investigation (FBI) para dar seguimiento a las informaciones y estrategias de su principal adversario en las elecciones presidenciales de 1974.

Lo interesante es recalcar la coincidencia del caso actual con aquella ocasión (caso Watergate) que le costó la presidencia al al señor Nixon, en que la fuente de información fue otro funcionario anónimo de la Casa Blanca bajo el denominativo de "Garganta profunda", cual salió del anonimato sólo 46 años después de producirse el acontecimiento, resultando el entonces director adjunto del FBI, señor Mark Felt. 

El libro "Miedo", de Woodward, que comenzó a circular este lunes con tirada de 1 millón de ejemplares tiene el mismo objetivo de los reportajes periodísticos de investigación publicados en 1972 por el Washington Post: provocar el impeachment de Trump como entonces lo provocaron a Nixon. Sólo que Nixon no esperó la aplicación de la figura constitucional y ahora no se sabe cuán favorable sea su cristalización en el contexto interno e internacional en que se desenvuelve el Estados Unidos actual.


Por Carlos Rodriguez
Periodista