Tal como hace tres años consecutivos, el presidente
Mauricio Macri volvió a hacer mal la señal de la cruz.
Esta vez, el jefe de Estado no besó su mano en la última
señal que para la Iglesia católica simboliza el amén.
En los años anteriores había hecho garabatos en el aire y
al final se había besado su dedo pulgar.
Es extraño que Macri no sepa hacerse la señal de la cruz
teniendo en cuenta que fue al colegio católico Cardenal Newman.