Una ola de calor de una precocidad sin
precedentes para un mes de junio desde hace más de 70 años comenzó a azotar el
lunes a Europa, con temperaturas que podrían superar los 40° esta semana en
varios países del continente.
La ola de calor viene del Sahara y con el
calentamiento global, causado principalmente por las emisiones de gases de
efecto invernadero, estos fenómenos, que antes eran excepcionales, podrían
repetirse con más frecuencia, advierten los científicos.
"Una gran cantidad de aire caliente está
subiendo de África", explica Sabine Krueger del Servicio Meteorológico
Alemán DWD, que añade que el sur del Viejo Continente se verá particularmente
afectado.
En España, la Agencia Meteorológica (Aemet)
publicó el lunes una serie de recomendaciones para enfrentar la canícula, que
incluye hidratarse, cubrirse la cabeza y evitar hacer ejercicio bajo el sol.
Advirtió también sobre un "riesgo extremo" de incendios en algunas
parte de Cataluña, Aragón, Navarra y Extremadura.
Y el calor seguirá subiendo en los próximos
días. Según la Aemet, las temperaturas superarán los 40° en algunas zonas del
centro, del sur y del noreste del país ibérico, y podrían alcanzar los 42° en
el Valle del Ebro a partir del jueves y hasta el sábado.
En Francia, las autoridades emitieron una
alerta canícula "naranja" para la región parisina. El país teme que
se repita una ola de calor como la de 2003, que causó la muerte de 15.000
personas, principalmente ancianos.
El lunes, las tiendas de electrodomésticos
eran tomadas por asalto por parisinos en búsqueda de ventiladores. "Fui a
comprar un ventilador pero los estantes estaban vacíos", explica
Anne-Sophie Vigier, una rubia de 30 años, a la salida de un centro comercial en
el sur de París, donde hacia el medio día el termómetro apuntaba 32°.
Fenómeno sin precedentes
En los jardines del Trocadero, los turistas
se paseaban con gorras y sombreros, ¡y hasta paraguas! para protegerse del sol.
"Amigos turistas, esta semana va a hacer mucho calor. No se olviden de
protegerse del sol e hidratarse regularmente", se podía leer en la cuenta
oficial de la Torre Eiffel en Twitter.
"Me pongo varias veces al día crema
protectora solar 50, pero no voy a cambiar mis planes debido al calor",
explica Ignacio Balberdi, un turista argentino mientras se pasea en el barrio
parisino de la Opera. "No podemos quedarnos en el hotel porque hace
demasiado calor, caminaremos bajo la sombra".
Las autoridades han emitido advertencias
contra la deshidratación, en particular para los niños y los ancianos, y los
hospitales han sido puestos en alerta máxima.
Veronica Thémée, mamá de un bebé de tres
meses, no tiene intenciones de salir de su apartamento para proteger del calor
a su pequeño Alejandro. "Abrimos todas las ventanas para crear una
corriente de aire", cuenta. Mantiene a su bebé únicamente vestido con
pañales y lo refresca con una esponja húmeda.
"Es un fenómeno sin precedentes porque
se está produciendo a principios de junio, no lo veíamos desde 1947",
explica Emmanuel Demael, un experto de la agencia meteorológica francesa
Meteo-France.
Demael prevé que se romperán récords para el
mes, "y en algunos lugares récords para todos los meses combinados".
En Austria, la agencia meteorológica ZAMG ha
advertido sobre el riesgo de tormentas violentas, con temperaturas que van a
subir hasta los 37°.
Incluso los países escandinavos no se han
salvado, y es probable que partes del sur de Dinamarca y Suecia alcancen los
30° a partir del martes.
Las temperaturas serán más intensas a partir
del jueves, según las agencias meteorológicas, y es probable que la alta humedad
dificulte aún más las condiciones, especialmente por la noche.