2 de julio de 2019


¿Ivanka Trump puede llegar a ser presidenta de EE.UU.? La pregunta tal vez provoque sonrisas irónicas. "Si él pudo, ¿por qué no yo?", se dice a sí misma mientras impone su influencia en el entorno presidencial.

"Ivanka pretende crear la dinastía Trump en la Casa Blanca". Así lo revela Vicky Ward, escritora y periodista de Vanity Fair, en su libro Kushner Inc., un perturbador retrato de la temible hija de papá y de su marido, Jared Kushner, asesor de su suegro. El señor y la señora Kushner "son una mezcla tóxica de arrogancia e ignorancia. Una insaciable demostración de lujuria por el poder", describe Ward tras entrevistarse con más de 200 personas del entorno de 'Javanka', como se conoce a la pareja.   

La carrera política de Ivanka comienza poco después de que su padre jurara el cargo, cuando concedió una entrevista televisiva en la que aseguraba que se mantendría alejada de la nueva Administración. "Entre bastidores hacía todo tipo de planes. De hecho estaba organizando la 'oficina familiar de Trump' en el ala este de la Casa Blanca, que normalmente es el territorio de la primera dama. Cuando Melania Trump se enteró, le paró los pies. Melania es la única persona que se ha enfrentado con éxito a su hijastra". Ni su padre ha sido capaz de hacerlo, a pesar de que la considera una desagradable molestia. Una de las fuentes anónimas del libro asegura haber sido testigo de la frívola injerencia de Ivanka en los asuntos de Estado: "Se unía a algunas de las llamadas telefónicas que su padre mantenía con mandatarios extranjeros para charlar de cualquier cosa, por ejemplo de yoga, hasta que el presidente la interrumpía".

Los devaneos políticos de Ivanka en Washington y los millones que proporcionaría a los negocios de Kushner su estrecha cercanía al poder han provocado otro frente de críticas contra el presidente, que él ha recibido con furia. La situación ha llegado a ser tan tensa que, según Ward, el presidente ha intentado librarse de 'Javanka' en varias ocasiones. Poco después de que John F. Kelly se convirtiera en jefe del Gabinete de la Casa Blanca en 2017 recibió una orden directa: "Deshágase de mis hijos. Devuélvalos a Nueva York". El plan fue hacerles la vida difícil hasta que renunciaran y se fueran. Seis meses después, Kelly presentaba su dimisión y 'Javanka' ha continuado creciendo.

La frialdad de Trump

Conocer las intenciones de su padre no ha sido traumático para Ivanka. Está acostumbrada a su frialdad. La riqueza familiar era su mejor compañía en el exclusivo internado de Choate Rosemary Hall, a donde llegaba en una limusina blanca. Jared recibió mucha más atención de su padre, Charles Kushner, un magnate inmobiliario judío que estuvo en prisión por evasión de impuestos y manipulación de testigos. Se especula que pagó dos millones de dólares para que Jared ingresara en Harvard. Durante esos años universitarios, el heredero contó con un secretario que le vigilaba para mantenerle alejado de las drogas y de las chicas no judías. Ivanka era cristiana, así que la primera reacción del patriarca Kushner fue exigir la conversión de la novia a la religión familiar. Ella lo aceptó para disgusto de Trump, reticente a esa unión porque esperaba tener como yerno a alguien con más carisma, incluso con más presencia física. Alguien como Tom Brady, estrella del fútbol americano y marido de Gisele Bündchen, según reconoció el presidente en la intimidad a un amigo.

El libro no muestra clemencia hacia esta pareja de "mezquinos", "hipócritas" y "sin ninguna curiosidad intelectual", a la vez que advierte del peligro que representa su ambición: "No deberíamos subestimarles", concluye la autora, aterrada de que la 'dinastía Trump' llegue a ser algo más que una ensoñación.

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¿Ivanka Trump puede llegar a ser presidenta de EE.UU.?


¿Ivanka Trump puede llegar a ser presidenta de EE.UU.? La pregunta tal vez provoque sonrisas irónicas. "Si él pudo, ¿por qué no yo?", se dice a sí misma mientras impone su influencia en el entorno presidencial.

"Ivanka pretende crear la dinastía Trump en la Casa Blanca". Así lo revela Vicky Ward, escritora y periodista de Vanity Fair, en su libro Kushner Inc., un perturbador retrato de la temible hija de papá y de su marido, Jared Kushner, asesor de su suegro. El señor y la señora Kushner "son una mezcla tóxica de arrogancia e ignorancia. Una insaciable demostración de lujuria por el poder", describe Ward tras entrevistarse con más de 200 personas del entorno de 'Javanka', como se conoce a la pareja.   

La carrera política de Ivanka comienza poco después de que su padre jurara el cargo, cuando concedió una entrevista televisiva en la que aseguraba que se mantendría alejada de la nueva Administración. "Entre bastidores hacía todo tipo de planes. De hecho estaba organizando la 'oficina familiar de Trump' en el ala este de la Casa Blanca, que normalmente es el territorio de la primera dama. Cuando Melania Trump se enteró, le paró los pies. Melania es la única persona que se ha enfrentado con éxito a su hijastra". Ni su padre ha sido capaz de hacerlo, a pesar de que la considera una desagradable molestia. Una de las fuentes anónimas del libro asegura haber sido testigo de la frívola injerencia de Ivanka en los asuntos de Estado: "Se unía a algunas de las llamadas telefónicas que su padre mantenía con mandatarios extranjeros para charlar de cualquier cosa, por ejemplo de yoga, hasta que el presidente la interrumpía".

Los devaneos políticos de Ivanka en Washington y los millones que proporcionaría a los negocios de Kushner su estrecha cercanía al poder han provocado otro frente de críticas contra el presidente, que él ha recibido con furia. La situación ha llegado a ser tan tensa que, según Ward, el presidente ha intentado librarse de 'Javanka' en varias ocasiones. Poco después de que John F. Kelly se convirtiera en jefe del Gabinete de la Casa Blanca en 2017 recibió una orden directa: "Deshágase de mis hijos. Devuélvalos a Nueva York". El plan fue hacerles la vida difícil hasta que renunciaran y se fueran. Seis meses después, Kelly presentaba su dimisión y 'Javanka' ha continuado creciendo.

La frialdad de Trump

Conocer las intenciones de su padre no ha sido traumático para Ivanka. Está acostumbrada a su frialdad. La riqueza familiar era su mejor compañía en el exclusivo internado de Choate Rosemary Hall, a donde llegaba en una limusina blanca. Jared recibió mucha más atención de su padre, Charles Kushner, un magnate inmobiliario judío que estuvo en prisión por evasión de impuestos y manipulación de testigos. Se especula que pagó dos millones de dólares para que Jared ingresara en Harvard. Durante esos años universitarios, el heredero contó con un secretario que le vigilaba para mantenerle alejado de las drogas y de las chicas no judías. Ivanka era cristiana, así que la primera reacción del patriarca Kushner fue exigir la conversión de la novia a la religión familiar. Ella lo aceptó para disgusto de Trump, reticente a esa unión porque esperaba tener como yerno a alguien con más carisma, incluso con más presencia física. Alguien como Tom Brady, estrella del fútbol americano y marido de Gisele Bündchen, según reconoció el presidente en la intimidad a un amigo.

El libro no muestra clemencia hacia esta pareja de "mezquinos", "hipócritas" y "sin ninguna curiosidad intelectual", a la vez que advierte del peligro que representa su ambición: "No deberíamos subestimarles", concluye la autora, aterrada de que la 'dinastía Trump' llegue a ser algo más que una ensoñación.