Artículo de opinión por Carlos Rodríguez.- Hay un error que vienen cometiendo los
exponentes del liderazgo ciudadano y de los partidos políticos en América
Latina: llegan al poder y no se empeñan en formar relevos.
Por lo regular ese liderazgo se ha olvidado
de la educación política de los movimientos y de sus militancias partidarias y
se ha cencentrado sólo en conformar su personal grupal, "su" base
social y económica de apoyo a su propio liderazgo. Entonces ese liderazgo se
reputa "insustituible", mesiánico...
.
El ejemplo de Evo Morales en la más reciente
experiencia de Bolivia está ahí. Si como un proyecto político o visión de
nación ese liderazgo se hubiese ocupado de preparar un relevo sólido, el destituido presidente
mediante un golpe de Estado blando, no hubiese tenido que intentar reelegirse
por cuarta vez, a contrapelo del resultado, manipulado o no, de una consulta
popular como el plebiscito de 2017, que abiertamente le cerró el paso a su
reelección, pese a que la mayoritaria comunidad indigena boliviana, con sus
justificadas razones históricas, rechazaba a otro presidente que no fuera el
propio Evo.
¿Que es verdad que años atrás en Ecuador el
entonces presidente Rafael Correa intentó formar su relevo y que Lenin Moreno,
quien fuera su vicepresidente lo traicionó? Entonces también podría arguirse
que en Venezuela, lo había intentado Chávez a través de Nicolás Maduro y que,
sin embargo, a ese país ni al proyecto bolivariano les ha ido bien. Todo eso es
cierto! Pero..., ¿acaso alguien ha dicho que las metas se abandonan porque
hayan fallado uno, dos y hasta tres intentos por alcanzarla?
Al tocar este tema, quizás procede hacer
mención de que en Estados Unidos existe una institución comunmente conocida
como Comisión Trilateral (Council on Foreign Relations) fundada por iniciativa
de David Rockefeller y desarrollada como organización internacional privada
formativa de liderazgo y por la cual debe "pasar" o
"chequearse" todo aquél que, siendo Demócrata o sea Republicano,
pretenda llegar a ocupar algún día la Presidencia de ese gran país. En el plano
local, y a lo mejor siguiendo ese patrón, Funglode trata de hacer pinino en la
República Dominicana.
Por otra parte, se puede observar que, aunque
de manera empírica e instintiva, en la alta dirección del PLD hay un indicio
respecto a que que de alguna manera se intenta preparar el relevo político,
para lo cual los integrantes del Comité Político ascienden cada vez más a sus
hijos, hermanos, esposas, a ocupar puestos en ese órgano que a fuerza de
pragmatismo han convertido en organismo tomador de decisiones, cuando en
realidad debía ser un ejecutor de políticas.
Sin embargo, ello no responde a un proyecto
estratégico organizacional, sino que claramente sus directivos lo hacen como
parte de las aspiraciones personales de prolongar su control político a través
de integrantes de su núcleo familiar directo, así como a través de relacionados
primarios.