Las protestas por la suspensión de las elecciones
municipales dominicanas del domingo pasado se desbordaron este jueves, se
convirtieron en multitudinarias en Santo Domingo y se diseminaron por otras
ciudades del país.
Sin
embargo, el presidente de la JCE, Julio César Castaños Guzmán, manifestó este
miércoles que no pretende renunciar al cargo, advirtiendo que "la única
manera" de dejar su puesto es por medio de un juicio político en el Parlamento.
En la capital, miles de personas vestidas de negro se
congregaron frente a la sede de la Junta Central Electoral (JCE), en una
concentración de mucha mayor envergadura que las registradas el lunes y martes,
días en los que hubo protestas pero de menor magnitud.
El aumento de la afluencia de manifestantes fue, en
parte, una respuesta a la represión de la concentración de la víspera, cuando
uniformados lanzaron dos bombas de gas lacrimógeno al grupo de centenares de
personas que se habían concentrado frente a la autoridad electoral de forma
pacífica.
Una asistente a la concentración, Maribel Freites, dijo a
Efe que se trasladó a la capital desde Barahona, ciudad situada unas tres horas
al suroeste de Santo Domingo, para defender el derecho de sus hijos a
"vivir en paz" en "un país libre y soberano".
"El domingo entendemos que realmente fue un
sabotaje, pero no como lo quiere presentar el Gobierno. Porque, ¿con qué
fuerza, con qué dinero, la oposición puede cometer un sabotaje de esta
magnitud? Entendemos que fue el Gobierno", dijo Freites, que portaba un
cartel en el que se leía: "No queremos otra Venezuela".
Las elecciones municipales del pasado domingo fueron
suspendidas por orden de la JCE, cuatro horas después del inicio de las
votaciones, por un fallo generalizado en las máquinas de votación, que se
usaban por vez primera en unos comicios y que no mostraban a todos los
candidatos en la pantalla.
El oficialismo y la oposición se han acusado mutuamente
de tener responsabilidad en el presunto sabotaje de las máquinas de votación.
La JCE convocó el lunes elecciones extraordinarias para
el 15 de marzo próximo y decidió que la votación será manual, relegando así el
polémico sistema automatizado.
Otra manifestante, Melisa Elena, explicó a Efe que
decidió acudir a protestar en contra de la corrupción y para quejarse de que
"no han dejado votar" a los dominicanos.
"Estamos aquí para decirle basta ya al Gobierno, de
que nos quieran pisotear. Que nos den libertad y democracia", dijo la
mujer, con una bandera dominicana al cuello.
En la manifestación, celebrada en la Plaza de la Bandera,
participaron miles de personas, en su gran mayoría jóvenes vestidos de negro,
que llevaban pancartas con mensajes contra el Gobierno, contra la corrupción y
exigiendo respuestas por la suspensión de las elecciones.
La protesta estaba vigilada por decenas de policías y,
por vez primera en estos días, se instaló una valla para impedir a los
manifestantes acercarse a la sede de la JCE.
Este miércoles también había marchas convocadas a través
de las redes sociales en Santiago (norte), segunda ciudad del país, y numerosas
ciudades y pueblos del interior.
La JCE ha ordenado realizar una investigación de los
sistemas de votación automatizada, que no volverán a ser usados, y ha prometido
castigar a los responsables del fallo, aunque sean del propio organismo
electoral.