16 de abril de 2020

OPINION
Mientras la peste o pandemia provocada por un germen tan físicamente insignificante que sólo es de observación microscópica, como el COVID19 o coronavirus, nos demuestra la gran vulnerabilidad material y emocional del individuo y la especie humana, el informe de investigación sobre un proceso electoral trunco, de buenas a primeras puede derrumbar y hacer añicos a la petulancia y soberbia que suelen emanar de la fuerza y el falso control.

En efecto, es así como la pandemia del coronavirus mantiene arrodillada a la población mundial, sin importarle que se trate de financistas, líderes políticos, intelectuales, activistas sociales y o inspiradores religiosos trátese ciudadanos de los encumbrados en el G-20 o de simples mortales.
En tanto el resultado informado de la investigación electoral confiada a la Organización de Estados Americanos (OEA) ha puesto en evidencia la debilidad de una ignorancia tan acendrada que suele hasta tolerar el engaño.


Si no lo creen, sólo recuerden la soberbia y la ironía de la expresión "¿Algoritmo? ¿No será lugaritmo o método del ritmo? ¡Qué sé yo...!" Ahora la pregunta al sarcástico podría ser: ¿Quién resultó engañado y por quién?

Artículo de opinión por Carlos Rodríguez

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Parecido entre una pandemia de coronavirus y el resultado de un informe de investigación electoral

OPINION
Mientras la peste o pandemia provocada por un germen tan físicamente insignificante que sólo es de observación microscópica, como el COVID19 o coronavirus, nos demuestra la gran vulnerabilidad material y emocional del individuo y la especie humana, el informe de investigación sobre un proceso electoral trunco, de buenas a primeras puede derrumbar y hacer añicos a la petulancia y soberbia que suelen emanar de la fuerza y el falso control.

En efecto, es así como la pandemia del coronavirus mantiene arrodillada a la población mundial, sin importarle que se trate de financistas, líderes políticos, intelectuales, activistas sociales y o inspiradores religiosos trátese ciudadanos de los encumbrados en el G-20 o de simples mortales.
En tanto el resultado informado de la investigación electoral confiada a la Organización de Estados Americanos (OEA) ha puesto en evidencia la debilidad de una ignorancia tan acendrada que suele hasta tolerar el engaño.


Si no lo creen, sólo recuerden la soberbia y la ironía de la expresión "¿Algoritmo? ¿No será lugaritmo o método del ritmo? ¡Qué sé yo...!" Ahora la pregunta al sarcástico podría ser: ¿Quién resultó engañado y por quién?

Artículo de opinión por Carlos Rodríguez