Los sueños y las metas son tan persistentes como la misma salud, hambre o escasez de zapatos o vestidos, que en momentos determinados podemos sentir o necesitar.
Así son los sueños y
metas nos enfocamos en llevarlo muy cerca y de mano hasta realizarlos y sentir
esa gran emoción que siente cada periodista dominicano al concluir honradamente
su licenciatura.
En las que enfrentan
muchas frustraciones como hambre, caminatas, hora ardua de estudio, expuesto al
sol, agua, sereno y al peligro de la inseguridad social.
Pero sin rendirse hasta
llegar a la meta de esos sueños que la vocación impulsa a lograr para hacerlo
diferente.
Pero al final no están
presentes los privilegios que te sostengan, que te acojan de las manos y te
acompañen a realizarte y formarte profesionalmente en lo ya merecido como
corresponde, es lamentable que hasta los compañeros de lucha con o sin posición
te posicionan como una competencia, en la vida y en los medios y te niegan un
saludo.
El dilema de la gran
familia estudiantil donde solo quedan los recuerdos de cuando se llamaban
hermanos de lucha, que luego se convierte en una disputa de quien llega
primero, desvalorizan lo aprendido juntos, un oficio y surgen perjuicio de las
faltas de los demás en vez de ayudar y corregir con amor y sabiduría, se
cuestiona.
Que irónico, si esto es
entre hermanos de lucha que harán los que ocupan los medios de comunicación,
con este grupo de egresado sedientos de incorporarse a los medios de
comunicación con las mejores intenciones, servir a la sociedad con vocación,
profesión y entusiasmo.
Para vivir dignamente
de una profesión que lamentablemente no le garantiza un espacio, menos un
salario a un egresado que soñó y lo pensó diferente a lo que está pasando.
Pues un grupo está
ocupando el espacio y no hay cabida para más, se les olvida que no son eternos,
que la vida es cambiante, que hoy estamos mañana no sabemos y es importante
resaltar, que debemos dejar huellas a quienes nos valoran y nos admiran y esto
lo hacemos dando oportunidades enseñando, corrigiendo y dejando buenos legado y
de esta forma en un futuro alguien conservará tus ideales.
Los medios de
comunicación son una elite muy seleccionada por relaciones, donde el
conocimiento y el deseo de trabajar no interesa, lo importante allí es el
nombre de la relación que recomienda, a la basura el conocimiento y el talento
desoladamente es, lo que está y los nuevos profesionales batallan con esta y
otras situaciones lastimosas que falsean la sociedad.
Son muchas las
interrogantes que se presentan, los profesionales que ocupan los puestos en los
medios, visualizan los nuevos talentos como competencias, lamento expresar en
la vida todo se está midiendo como una rivalidad de quien llega primero, quien
está y quien manda y se les niegan a los egresados la orientación y las
oportunidades de realizarse.
Es muy cruel escribirlo,
pero es más cruel cuando lo vive, cuando siente correr la sensación de la
decepción y la frustración de un sueño que esperaste, que se convierte en
pesadilla, donde los intentos de tocar puertas son fallidos, donde encuentras
la realidad de que se vive mejor como nadie, que, como profesional de la
comunicación, porque no existen posibilidades de insertarse a los medios.
Como dice el dicho
"nunca pierda la esperanza", en vez de persistir insiste y persiste
como se llora de decepcion, tambien se llora espontáneamente de alegría cuando
samaritanos se detienen en tus caminos y te extiende las manos y colocan en las
tuyas grandes oportunidades de éxito, corrección empatía dispuesto a enseñarte,
corregirte y dirigirte.
Aunque la triste
realidad de las relaciones que lo resumo en círculo familiar o de amigo, que
termina con la decencia y el respecto a los demás, que está colapsando la
sociedad, no desmayes, confía en el creador, se honrado y auténtico confía en ti
e impúlsate con determinación y compromiso, a ser lo que soñaste.
Artículo
de opinión por Islandia Reynoso, Periodista