11 de junio de 2015

En nuestras manos tenemos el libro "Nueva Visión de la Formación Política", publicado por la Secretaría de Formación Política del Partido de la Liberación Dominicana a partir de la celebración de VIII Congreso Ordinario "Comandante Norge Botello". 
 
Aunque este libro fue distribuido en forma gratuita a casi la totalidad de los militantes activos de nuestro glorioso partido, los recientes acontecimientos, que casi producen la división del mismo, son una clara y lamentable demostración de que los principios, los estatutos y los procedimientos a seguir para acatar o enfrentar las decisiones tomadas por los organismos superiores de la dirigencia peledeísta, los cuales están todos detallados en el citado libro, no han sido puestos en práctica por muchos de los mismos altos dirigentes de nuestro partido; y eso nos pone a pensar que somos pocos los que hemos estudiado este libro.

El literal "h", de la Declaración  de Principios del Partido de la Liberación Dominicana dice: "El PLD es abanderado y portavoz de los intereses generales de los ciudadanos que aspiran a una sociedad basada en los valores de libertad, tolerancia, justicia y progreso.  No debe, en modo alguno, representar intereses particulares o grupales que entren en contradicción con el proyecto colectivo".   Los intereses particulares, después de la decisión tomada por el Comité Político el pasado 19 de Abril, asumidos por algunos de los compañeros que dicen representar la línea de tal o cual dirigente, representando una tendencia grupal, casi producen un rompimiento de nuestro partido en dos o más grupos, o quien sabe si en "grupitos". 

A partir de la segunda oración del  literal "l" de la misma Declaración de Principios podemos leer: "El derecho a la discrepancia y a la libre expresión de los miembros de la organización debe apuntar a fortalecer el proyecto colectivo, no a debilitarlo.  En el PLD la discrepancia y el debate deben dirigirse a la cohesión y al fortalecimiento del partido. 

Las diferencias deben manifestarse desde la lealtad, con espíritu constructivo, con respeto a las decisiones adoptadas por las instancias partidarias".  Gracias a Dios que hemos contado con dos grandes acciones cohesivas; y las dos han venido de los dos más importantes líderes con que en la actualidad cuenta el PLD; el Presidente de la República, Danilo Medina, quien ha permanecido callado, sin intervenir públicamente en las decisiones adoptadas por el CP de su partido, ni durante el proceso de revisión y modificación a la Constitución en el Congreso Nacional; y por la valiente decisión del Presidente del Partido, Leonel Fernández, quien, después de su histórico discurso de reclamo, con un espíritu constructivo, y en lealtad con la cohesión que debe fortalecer a su partido, bajó la guardia y dio paso al cumplimiento de la institucionalidad partidaria; un gesto honorable que sólo se ve en los grandes.

Aunque nunca estuvimos de acuerdo con que la iniciativa a la reforma constitucional, sólo con el propósito de introducir la reelección presidencial, se decidiera como una propuesta del Comité Político del PLD, pués vislumbrábamos los acontecimientos acaecidos, luego de tomada esa decisión por abrumadora mayoría en la sesión celebrada por dicho comité, nuestro propósito primordial ha sido, y siempre será, el de buscar la unificación de los compañeros en confrontación por diferencias de criterios sobre el tema en cuestión.  Sin unificación, sería imposible la reelección, pero sin unificación también sería casi imposible la retención del poder en manos de nuestro partido.

Por otro lado, nuestras aspiraciones de convertirnos en un legítimo representante de la diáspora dominicana, ocupando una curul en la Cámara de Diputados del Congreso Nacional, aunque no han sido del todo descartadas, sí sabemos y entendemos que han sido afectadas y reducidas por las negociaciones en que, tanto a lo interno como a lo externo, con otras agrupaciones políticas, ha tenido que recurrir nuestro más alto organismo para lograr los objetivos trazados y la permanencia nuestra en la dirección del Estado, pero no son una determinación básica para decidirnos a servirle a nuestros compañeros ciudadanos, ya que con todo el entusiasmo lo haríamos desde una función designada por el Jefe del Estado.

Exhortamos a nuestros compañeros peledeístas a que busquen y lean todo lo que en la presente entrega hemos tratado, lo que está ampliamente detallado en el libro referido en el primer párrafo de este artículo, y si entienden que los acuerdos violan los artículos 9, 25 y 43 de nuestros estatutos, y también el artículo 22 de la Constitución de la República, como yo ya lo he comprobado, solamente me gustaría aconsejarlos a que entiendan que "sin una institución fortalecida y unificada, no hay derechos que valgan".

Por Silvano A. Rodríguez 

silvanordny@gmail.com
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Dos acciones cohesivas en el PLD

En nuestras manos tenemos el libro "Nueva Visión de la Formación Política", publicado por la Secretaría de Formación Política del Partido de la Liberación Dominicana a partir de la celebración de VIII Congreso Ordinario "Comandante Norge Botello". 
 
Aunque este libro fue distribuido en forma gratuita a casi la totalidad de los militantes activos de nuestro glorioso partido, los recientes acontecimientos, que casi producen la división del mismo, son una clara y lamentable demostración de que los principios, los estatutos y los procedimientos a seguir para acatar o enfrentar las decisiones tomadas por los organismos superiores de la dirigencia peledeísta, los cuales están todos detallados en el citado libro, no han sido puestos en práctica por muchos de los mismos altos dirigentes de nuestro partido; y eso nos pone a pensar que somos pocos los que hemos estudiado este libro.

El literal "h", de la Declaración  de Principios del Partido de la Liberación Dominicana dice: "El PLD es abanderado y portavoz de los intereses generales de los ciudadanos que aspiran a una sociedad basada en los valores de libertad, tolerancia, justicia y progreso.  No debe, en modo alguno, representar intereses particulares o grupales que entren en contradicción con el proyecto colectivo".   Los intereses particulares, después de la decisión tomada por el Comité Político el pasado 19 de Abril, asumidos por algunos de los compañeros que dicen representar la línea de tal o cual dirigente, representando una tendencia grupal, casi producen un rompimiento de nuestro partido en dos o más grupos, o quien sabe si en "grupitos". 

A partir de la segunda oración del  literal "l" de la misma Declaración de Principios podemos leer: "El derecho a la discrepancia y a la libre expresión de los miembros de la organización debe apuntar a fortalecer el proyecto colectivo, no a debilitarlo.  En el PLD la discrepancia y el debate deben dirigirse a la cohesión y al fortalecimiento del partido. 

Las diferencias deben manifestarse desde la lealtad, con espíritu constructivo, con respeto a las decisiones adoptadas por las instancias partidarias".  Gracias a Dios que hemos contado con dos grandes acciones cohesivas; y las dos han venido de los dos más importantes líderes con que en la actualidad cuenta el PLD; el Presidente de la República, Danilo Medina, quien ha permanecido callado, sin intervenir públicamente en las decisiones adoptadas por el CP de su partido, ni durante el proceso de revisión y modificación a la Constitución en el Congreso Nacional; y por la valiente decisión del Presidente del Partido, Leonel Fernández, quien, después de su histórico discurso de reclamo, con un espíritu constructivo, y en lealtad con la cohesión que debe fortalecer a su partido, bajó la guardia y dio paso al cumplimiento de la institucionalidad partidaria; un gesto honorable que sólo se ve en los grandes.

Aunque nunca estuvimos de acuerdo con que la iniciativa a la reforma constitucional, sólo con el propósito de introducir la reelección presidencial, se decidiera como una propuesta del Comité Político del PLD, pués vislumbrábamos los acontecimientos acaecidos, luego de tomada esa decisión por abrumadora mayoría en la sesión celebrada por dicho comité, nuestro propósito primordial ha sido, y siempre será, el de buscar la unificación de los compañeros en confrontación por diferencias de criterios sobre el tema en cuestión.  Sin unificación, sería imposible la reelección, pero sin unificación también sería casi imposible la retención del poder en manos de nuestro partido.

Por otro lado, nuestras aspiraciones de convertirnos en un legítimo representante de la diáspora dominicana, ocupando una curul en la Cámara de Diputados del Congreso Nacional, aunque no han sido del todo descartadas, sí sabemos y entendemos que han sido afectadas y reducidas por las negociaciones en que, tanto a lo interno como a lo externo, con otras agrupaciones políticas, ha tenido que recurrir nuestro más alto organismo para lograr los objetivos trazados y la permanencia nuestra en la dirección del Estado, pero no son una determinación básica para decidirnos a servirle a nuestros compañeros ciudadanos, ya que con todo el entusiasmo lo haríamos desde una función designada por el Jefe del Estado.

Exhortamos a nuestros compañeros peledeístas a que busquen y lean todo lo que en la presente entrega hemos tratado, lo que está ampliamente detallado en el libro referido en el primer párrafo de este artículo, y si entienden que los acuerdos violan los artículos 9, 25 y 43 de nuestros estatutos, y también el artículo 22 de la Constitución de la República, como yo ya lo he comprobado, solamente me gustaría aconsejarlos a que entiendan que "sin una institución fortalecida y unificada, no hay derechos que valgan".

Por Silvano A. Rodríguez 

silvanordny@gmail.com