En nuestras manos tenemos el libro "Nueva Visión de la Formación
Política", publicado por la Secretaría de Formación Política del Partido
de la Liberación Dominicana a partir de la celebración de VIII Congreso
Ordinario "Comandante Norge Botello".
Aunque este libro fue distribuido
en forma gratuita a casi la totalidad de los militantes activos de nuestro
glorioso partido, los recientes acontecimientos, que casi producen la división
del mismo, son una clara y lamentable demostración de que los principios, los
estatutos y los procedimientos a seguir para acatar o enfrentar las
decisiones tomadas por los organismos superiores de la dirigencia peledeísta,
los cuales están todos detallados en el citado libro, no han sido puestos en
práctica por muchos de los mismos altos dirigentes de nuestro partido; y eso
nos pone a pensar que somos pocos los que hemos estudiado este libro.
El literal "h", de la Declaración de Principios del
Partido de la Liberación Dominicana dice: "El PLD es abanderado y portavoz
de los intereses generales de los ciudadanos que aspiran a una sociedad basada
en los valores de libertad, tolerancia, justicia y progreso. No debe, en
modo alguno, representar intereses particulares o grupales que entren en
contradicción con el proyecto colectivo". Los intereses
particulares, después de la decisión tomada por el Comité Político el pasado 19
de Abril, asumidos por algunos de los compañeros que dicen
representar la línea de tal o cual dirigente, representando una tendencia
grupal, casi producen un rompimiento de nuestro partido en dos o más grupos, o
quien sabe si en "grupitos".
A partir de la segunda oración del literal "l" de la
misma Declaración de Principios podemos leer: "El derecho a la
discrepancia y a la libre expresión de los miembros de la organización debe
apuntar a fortalecer el proyecto colectivo, no a debilitarlo. En el PLD
la discrepancia y el debate deben dirigirse a la cohesión y al fortalecimiento
del partido.
Las diferencias deben manifestarse desde la lealtad, con espíritu
constructivo, con respeto a las decisiones adoptadas por las instancias
partidarias". Gracias a Dios que hemos contado con dos grandes
acciones cohesivas; y las dos han venido de los dos más
importantes líderes con que en la actualidad cuenta el PLD; el Presidente
de la República, Danilo Medina, quien ha permanecido callado, sin intervenir
públicamente en las decisiones adoptadas por el CP de su partido, ni durante el
proceso de revisión y modificación a la Constitución en el Congreso
Nacional; y por la valiente decisión del Presidente del Partido, Leonel Fernández,
quien, después de su histórico discurso de reclamo, con un espíritu
constructivo, y en lealtad con la cohesión que debe fortalecer a su partido,
bajó la guardia y dio paso al cumplimiento de la institucionalidad partidaria;
un gesto honorable que sólo se ve en los grandes.
Aunque nunca estuvimos de acuerdo con que la iniciativa a la
reforma constitucional, sólo con el propósito de introducir la reelección
presidencial, se decidiera como una propuesta del Comité Político del PLD,
pués vislumbrábamos los acontecimientos acaecidos, luego de tomada esa decisión
por abrumadora mayoría en la sesión celebrada por dicho
comité, nuestro propósito primordial ha sido, y siempre será, el de buscar
la unificación de los compañeros en confrontación por diferencias de criterios
sobre el tema en cuestión. Sin unificación, sería imposible la
reelección, pero sin unificación también sería casi imposible la retención del
poder en manos de nuestro partido.
Por otro lado, nuestras aspiraciones de convertirnos en un legítimo
representante de la diáspora dominicana, ocupando una curul en la Cámara de
Diputados del Congreso Nacional, aunque no han sido del todo descartadas, sí
sabemos y entendemos que han sido afectadas y reducidas por las negociaciones
en que, tanto a lo interno como a lo externo, con otras agrupaciones
políticas, ha tenido que recurrir nuestro más alto organismo para lograr
los objetivos trazados y la permanencia nuestra en la dirección del
Estado, pero no son una determinación básica para decidirnos a servirle a
nuestros compañeros ciudadanos, ya que con todo el entusiasmo lo haríamos desde
una función designada por el Jefe del Estado.
Exhortamos a nuestros compañeros peledeístas a que busquen y lean todo
lo que en la presente entrega hemos tratado, lo que está ampliamente
detallado en el libro referido en el primer párrafo de este artículo, y si
entienden que los acuerdos violan los artículos 9, 25 y 43 de nuestros
estatutos, y también el artículo 22 de la Constitución de la República, como yo
ya lo he comprobado, solamente me gustaría aconsejarlos a que entiendan que
"sin una institución fortalecida y unificada, no hay derechos que
valgan".
Por Silvano A.
Rodríguez
silvanordny@gmail.com