7 de mayo de 2016

Este gobierno tiene que pagarles a los venezolanos los daños morales y emergentes que les ha causado con los cortes de electricidad. 

Los responsables de las imprevisiones, corrupción, mentiras como excusas tienen nombre y apellido. Alí Rodríguez Araque y Jesse Chacón se fueron de embajadores a gozar sus dólares y nos dejaron en este berenjenal. Motta Domínguez vive de medias verdades.

Los zulianos dejaron pasar una oportunidad de oro para poner al gobierno en jaque amenazándolo con trancar la barra de Maracaibo, el puente sobre el Lago y que de Perijá no saliera una gota de leche ni un gramo de carne, si nos cortaban la electricidad. Zulia y Amazonas han sido los más golpeados con este problemón. Nueva Esparta estuvo en una ocasión trece horas sin electricidad. La gente de Caracas, Vargas y Miranda, al no aplicarles los cortes se convierten en ciudadanos de primera categoría.

No hay dimensión en la capital de lo que sufre la provincia con los cortes de ocho y cuatro horas diarias. El poder de compra del venezolano se ha desplomado un 40%. Los daños en empresas e industrias, en 120 clínicas, 67 hospitales y 37 CDI son inmensos. Los daños en los semáforos, transporte, tiempo de trabajo, en escuelas y universidades, en electrodomésticos en los hogares, en los productos congelados no tienen ya cuantía.

La población del interior está aportando por hogar ciento veinte horas de ahorro eléctrico, sin embargo el recibo de consumo no refleja esto y en casos hasta le viene aumentado sin derecho al pataleo hablando en buen criollo. Aunque los diarios han dado cuenta de esta grave situación por la que atraviesa el país, nunca llegaran a expresar en su exacta dimensión lo que en materia de daños morales y emergentes le está causando a cada ciudadano.

El Derecho Humanitario condena el sufrimiento innecesario a la población. El gobierno contrató con veintiséis empresas extranjeras de Cuba, Francia, España, Brasil y Estados Unidos 16.534 megavatios, entre los años 2008 y 2015 y solo incorporó 3.044 mw. De 17 turbinas adquiridas en el 2010, 12 se encuentran inoperantes. El retraso de la construcción de la planta de Tocoma se debe a la corrupción. El Gurí trabaja apenas el 40% de su capacidad. El gobierno destino a la electricidad 32,8 millardos de dólares y no hay forma de verificar si todos se emplearon en aumentar la generación térmica y en el mantenimiento del sistema existente.  La demanda del país es de 17.500 mw, hay un déficit de 3000 mw. Mientras tanto se inaugura en Nicaragua una planta eléctrica financiada por Venezuela. Técnicos señalan que esto no se debe a “El Niño” sino a una irresponsabilidad del gobierno.

Con este panorama no puede Maduro, perder el revocatorio, si llega a darse, e irse del país, como si nada hubiese pasado. En artículos del Código Civil o del Código Penal hay motivos para enjuiciarlo, a él y los Ministros de Energía Eléctrica por los daños que le han causado a Venezuela. Les salen rejas.



Por Julio Portillo
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Los daños

Este gobierno tiene que pagarles a los venezolanos los daños morales y emergentes que les ha causado con los cortes de electricidad. 

Los responsables de las imprevisiones, corrupción, mentiras como excusas tienen nombre y apellido. Alí Rodríguez Araque y Jesse Chacón se fueron de embajadores a gozar sus dólares y nos dejaron en este berenjenal. Motta Domínguez vive de medias verdades.

Los zulianos dejaron pasar una oportunidad de oro para poner al gobierno en jaque amenazándolo con trancar la barra de Maracaibo, el puente sobre el Lago y que de Perijá no saliera una gota de leche ni un gramo de carne, si nos cortaban la electricidad. Zulia y Amazonas han sido los más golpeados con este problemón. Nueva Esparta estuvo en una ocasión trece horas sin electricidad. La gente de Caracas, Vargas y Miranda, al no aplicarles los cortes se convierten en ciudadanos de primera categoría.

No hay dimensión en la capital de lo que sufre la provincia con los cortes de ocho y cuatro horas diarias. El poder de compra del venezolano se ha desplomado un 40%. Los daños en empresas e industrias, en 120 clínicas, 67 hospitales y 37 CDI son inmensos. Los daños en los semáforos, transporte, tiempo de trabajo, en escuelas y universidades, en electrodomésticos en los hogares, en los productos congelados no tienen ya cuantía.

La población del interior está aportando por hogar ciento veinte horas de ahorro eléctrico, sin embargo el recibo de consumo no refleja esto y en casos hasta le viene aumentado sin derecho al pataleo hablando en buen criollo. Aunque los diarios han dado cuenta de esta grave situación por la que atraviesa el país, nunca llegaran a expresar en su exacta dimensión lo que en materia de daños morales y emergentes le está causando a cada ciudadano.

El Derecho Humanitario condena el sufrimiento innecesario a la población. El gobierno contrató con veintiséis empresas extranjeras de Cuba, Francia, España, Brasil y Estados Unidos 16.534 megavatios, entre los años 2008 y 2015 y solo incorporó 3.044 mw. De 17 turbinas adquiridas en el 2010, 12 se encuentran inoperantes. El retraso de la construcción de la planta de Tocoma se debe a la corrupción. El Gurí trabaja apenas el 40% de su capacidad. El gobierno destino a la electricidad 32,8 millardos de dólares y no hay forma de verificar si todos se emplearon en aumentar la generación térmica y en el mantenimiento del sistema existente.  La demanda del país es de 17.500 mw, hay un déficit de 3000 mw. Mientras tanto se inaugura en Nicaragua una planta eléctrica financiada por Venezuela. Técnicos señalan que esto no se debe a “El Niño” sino a una irresponsabilidad del gobierno.

Con este panorama no puede Maduro, perder el revocatorio, si llega a darse, e irse del país, como si nada hubiese pasado. En artículos del Código Civil o del Código Penal hay motivos para enjuiciarlo, a él y los Ministros de Energía Eléctrica por los daños que le han causado a Venezuela. Les salen rejas.



Por Julio Portillo