Santo Domingo.-Lamentable el caso del extinto arquitecto David Rodríguez, quien hace alrededor de un año tomó la decisión de suicidarse en un baño de la Oficina Supervisora de Obras del Estado (OISOE) abrumado por deudas y extorsiones cometidas por empleados de alto nivel de esa institución.
Lamentable es también que a estas alturas no se haya cumplido con la entrega a su familia de una vivienda que le habría prometido el director de OISOE.
Aún así, reconforta saber que el gobierno sí cumple con la entrega de la pensión mensual y el pago de los costos por la educación de los hijos del desaparecido profesional de la construcción.
Esta última información debía ser una especie de contén expresiones de la señora viuda Pilar Montilla al expresar su No Conformidad y llegar al límite de decir que "el presidente Danilo Medina no se ha conmovido ni interesado nunca en su caso".
Pero venga acá, señora Montilla! ¿Y por qué usted tiene ahora su pensión y cobertura del costo educativo de sus hijos? ¿Es que acaso no hubo previamente un decreto presidencial para la emisión de la pensión con que usted se beneficia? ¿Quién firmó el Decreto? ¿Acaso no representa el decreto por sí solo un interés directo del Ejecutivo por el caso?
Pero, además, no se produciría alguna consulta del Ministerio Administrativo, Ministrerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, es decir, del Gobierno de Danilo Medina para la aprobación de las becas a sus hijos? ¿Eso no es sensibilizarse y tener una actitud responsable con los ciudadanos?
¿O es que usted pretendía que sea el presidente en persona quien le lleve mensualmente la pensión y pague en las universidades el costo de los estudios de sus hijos? Sólo al tener un pretensíon así se explicaría una reacción tan excesivamente excéntrica de la persona ante una situación que le afecta.
En nuestro país hay un déficit habitacional de que ronda el millón de unidades de viviendas. Ello equivale a decir que cientos de miles de dominicanos y dominicanas están sin un sitio propio adonde vivir con su famailia. Ellos tienen por igual el derecho a beneficiarse de una casa, más no la tienen.
Sin embargo, el Estado que está en el deber de facilitársela carece de los recursos para satisfacer a todos al mismo tiempo.
*Es periodista.
Por Carlos Rodríguez*
