29 de julio de 2017

En medio de grandes protestas que han dejado un centenar de muertes encuatro meses y la amenaza de sanciones estadounidenses que podrían agravar la crisis económica, el gobierno venezolano buscará elegir el domingo a los 545 integrantes de una Asamblea Constituyente con la que pretende consolidar su poder.
El proceso que impulsa el presidente Nicolás Maduro para reescribir la constitución ha desatado fuertes críticas de parte de la coalición opositora, que convocó para el domingo a la toma de las principales vías del país en la continuación de las protestas antigubernamentales que se han extendido 120 días y han dejado 114 muertos.
A un día de las elecciones el ambiente que se percibe en la capital venezolana es de tensa calma ante el bloqueo de algunas vías, especialmente en el este de la ciudad, que mantienen decenas de opositores. Ellos han levantado barricadas con escombros, restos de árboles y basura en rechazo a la Constituyente. En otras ciudades del interior se han reportado protestas similares.
El canciller venezolano Samuel Moncada acusó el viernes a Estados Unidos de tratar de hacer creer que “estamos al borde de la guerra” y que la “insurrección fascista que ellos promueven está venciendo”. Moncada criticó la decisión del gobierno del presidente colombiano Juan Manuel Santos de no reconocer los resultados de la Asamblea Constituyente, y dijo en su cuenta de Twitter que “Colombia, cómplice del caos, desconoce el voto popular como si fuera autoridad electoral. ¡Absurdo!”.
La elección de los miembros de la Asamblea Constituyente, que espera instalarse en agosto, ha generado posiciones encontradas entre los venezolanos.
“Estoy en contra de la Constituyente porque nos va a quitar la poca libertad que nos queda”, indicó José López, un estudiante universitario de 20 años, mientras resguardaba una barricada en una avenida del este de Caracas y sostenía con su mano derecha un palo de golf que aseguró lo tenía para protegerse de una eventual represión de las fuerzas de seguridad.
López expresó que concretarse el domingo la elección de los miembros de la asamblea “vamos a seguir en las calles para que esto cambie de alguna manera”.
Por su parte, Guillermo Torrealba, un pensionado de 73 años, dijo que quiere “salir de eso (la votación) y ver si esto se acomoda o se pone peor", y admitió que está dispuesto a sufragar el domingo con la esperanza de que mejore la crisis económica, dominada por una desbordada inflación de tres dígitos y una severa escasez de alimentos, medicinas y otros bienes básicos.
Maduro, un ex chofer de autobús que se asume como el heredero político del fallecido presidente Hugo Chávez, lanzó en mayo el proceso constituyente para hacer frente a la crisis política desatada un mes antes a raíz de dos sentencias que emitió el Tribunal Supremo de Justicia contra la Asamblea Nacional _de mayoría opositora_, que luego fueron revertidas.
El gobernante ofreció que con el proceso constituyente se abrirá un período de paz y diálogo en el país, pero su propuesta avivó aún más las tensiones políticas.
La oposición acusa a Maduro de imponer un "fraude constitucional" y de utilizar la reforma de la constitución para garantizar la permanencia del oficialismo en el poder en medio de un creciente descontento popular, y lograr el control del Congreso y de la Fiscalía General que están enfrentadas contra el gobierno.
En un intento por boicotear el proceso, la coalición realizó el 16 de julio un simulacro de consulta en el que 7,5 millones de venezolanos rechazaron la reforma a la constitución. A raíz de esa votación algunos países, entre ellos Estados Unidos, exhortaron a Maduro a suspender la Asamblea Constituyente. El vicepresidente estadounidense Mike Pence ratificó la víspera que Washington aplicará fuertes sanciones económicas a Venezuela si se impone el proceso de reforma de la constitución.
Por su parte, el gobierno de Panamá informó el sábado que respalda las medidas adoptadas por la Casa Blanca de imponer sanciones a funcionarios venezolanos que impulsan la convocatoria a la Constituyente, y advirtió que al igual que su vecino Colombia no reconocerá los resultados de las elecciones.
En un comunicado, la presidencia indicó que el gobierno del presidente Juan Carlos Varela apoya los esfuerzos que realiza la comunidad internacional por defender el orden democrático y la paz social en Venezuela y actuará en estrecha colaboración con las autoridades estadounidenses.
Panamá reitera el “llamado a encontrar una salida negociada, al más estricto respeto de los principios democráticos, y a anteponer el bienestar de los venezolanos para detener la violencia en el país, que se ha agravado con el llamado unilateral a una Asamblea Constituyente”, se afirma en el texto.
Unos 230.000 militares y milicianos fueron desplegados en toda Venezuela para custodiar los 14.515 centros de votación que se activarán para las elecciones, indicó el ministro de la Defensa, general en jefe Vladimir Padrino López.
A pesar del amplio despliegue de seguridad, en el estado suroccidental del Táchira se registraron hechos irregulares en 21 centros de votación que fueron asediados por manifestantes opositores, quienes destruyeron ocho máquinas de votación, según reportaron las autoridades de esa entidad.
En los comicios competirán unos 5.500 candidatos territoriales y sectoriales para la elección de 545 constituyentes. La coalición opositora no inscribió candidatos y llamó a los venezolanos a abstenerse de participar en la consulta.
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Alistan la Constituyente en medio de protestas

En medio de grandes protestas que han dejado un centenar de muertes encuatro meses y la amenaza de sanciones estadounidenses que podrían agravar la crisis económica, el gobierno venezolano buscará elegir el domingo a los 545 integrantes de una Asamblea Constituyente con la que pretende consolidar su poder.
El proceso que impulsa el presidente Nicolás Maduro para reescribir la constitución ha desatado fuertes críticas de parte de la coalición opositora, que convocó para el domingo a la toma de las principales vías del país en la continuación de las protestas antigubernamentales que se han extendido 120 días y han dejado 114 muertos.
A un día de las elecciones el ambiente que se percibe en la capital venezolana es de tensa calma ante el bloqueo de algunas vías, especialmente en el este de la ciudad, que mantienen decenas de opositores. Ellos han levantado barricadas con escombros, restos de árboles y basura en rechazo a la Constituyente. En otras ciudades del interior se han reportado protestas similares.
El canciller venezolano Samuel Moncada acusó el viernes a Estados Unidos de tratar de hacer creer que “estamos al borde de la guerra” y que la “insurrección fascista que ellos promueven está venciendo”. Moncada criticó la decisión del gobierno del presidente colombiano Juan Manuel Santos de no reconocer los resultados de la Asamblea Constituyente, y dijo en su cuenta de Twitter que “Colombia, cómplice del caos, desconoce el voto popular como si fuera autoridad electoral. ¡Absurdo!”.
La elección de los miembros de la Asamblea Constituyente, que espera instalarse en agosto, ha generado posiciones encontradas entre los venezolanos.
“Estoy en contra de la Constituyente porque nos va a quitar la poca libertad que nos queda”, indicó José López, un estudiante universitario de 20 años, mientras resguardaba una barricada en una avenida del este de Caracas y sostenía con su mano derecha un palo de golf que aseguró lo tenía para protegerse de una eventual represión de las fuerzas de seguridad.
López expresó que concretarse el domingo la elección de los miembros de la asamblea “vamos a seguir en las calles para que esto cambie de alguna manera”.
Por su parte, Guillermo Torrealba, un pensionado de 73 años, dijo que quiere “salir de eso (la votación) y ver si esto se acomoda o se pone peor", y admitió que está dispuesto a sufragar el domingo con la esperanza de que mejore la crisis económica, dominada por una desbordada inflación de tres dígitos y una severa escasez de alimentos, medicinas y otros bienes básicos.
Maduro, un ex chofer de autobús que se asume como el heredero político del fallecido presidente Hugo Chávez, lanzó en mayo el proceso constituyente para hacer frente a la crisis política desatada un mes antes a raíz de dos sentencias que emitió el Tribunal Supremo de Justicia contra la Asamblea Nacional _de mayoría opositora_, que luego fueron revertidas.
El gobernante ofreció que con el proceso constituyente se abrirá un período de paz y diálogo en el país, pero su propuesta avivó aún más las tensiones políticas.
La oposición acusa a Maduro de imponer un "fraude constitucional" y de utilizar la reforma de la constitución para garantizar la permanencia del oficialismo en el poder en medio de un creciente descontento popular, y lograr el control del Congreso y de la Fiscalía General que están enfrentadas contra el gobierno.
En un intento por boicotear el proceso, la coalición realizó el 16 de julio un simulacro de consulta en el que 7,5 millones de venezolanos rechazaron la reforma a la constitución. A raíz de esa votación algunos países, entre ellos Estados Unidos, exhortaron a Maduro a suspender la Asamblea Constituyente. El vicepresidente estadounidense Mike Pence ratificó la víspera que Washington aplicará fuertes sanciones económicas a Venezuela si se impone el proceso de reforma de la constitución.
Por su parte, el gobierno de Panamá informó el sábado que respalda las medidas adoptadas por la Casa Blanca de imponer sanciones a funcionarios venezolanos que impulsan la convocatoria a la Constituyente, y advirtió que al igual que su vecino Colombia no reconocerá los resultados de las elecciones.
En un comunicado, la presidencia indicó que el gobierno del presidente Juan Carlos Varela apoya los esfuerzos que realiza la comunidad internacional por defender el orden democrático y la paz social en Venezuela y actuará en estrecha colaboración con las autoridades estadounidenses.
Panamá reitera el “llamado a encontrar una salida negociada, al más estricto respeto de los principios democráticos, y a anteponer el bienestar de los venezolanos para detener la violencia en el país, que se ha agravado con el llamado unilateral a una Asamblea Constituyente”, se afirma en el texto.
Unos 230.000 militares y milicianos fueron desplegados en toda Venezuela para custodiar los 14.515 centros de votación que se activarán para las elecciones, indicó el ministro de la Defensa, general en jefe Vladimir Padrino López.
A pesar del amplio despliegue de seguridad, en el estado suroccidental del Táchira se registraron hechos irregulares en 21 centros de votación que fueron asediados por manifestantes opositores, quienes destruyeron ocho máquinas de votación, según reportaron las autoridades de esa entidad.
En los comicios competirán unos 5.500 candidatos territoriales y sectoriales para la elección de 545 constituyentes. La coalición opositora no inscribió candidatos y llamó a los venezolanos a abstenerse de participar en la consulta.